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Economía

La malnutrición y la desnutrición golpean ya a los cubanos

El mayor déficit en la dieta cubana actual, según los expertos, es el de proteínas, vitaminas y minerales.

Los Ángeles
Una esquina en La Habana.
Una esquina en La Habana. EFE

¿Hay malnutrición y desnutrición en Cuba? Si le hacen esa pregunta a un funcionario de la ONU o de la Unión Europea (UE), o a un cubano castrista con severo daño antropológico, dirá que no la hay.

El representante de la FAO en Cuba, el brasileño izquierdista Marcelo Resende, hace poco felicitó al Gobierno castrista por "garantizar la seguridad  alimentaria (…) gracias a la voluntad política". Y el socialista Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la UE, con frecuencia arremete contra el "bloqueo" estadounidense (usa esa palabra) como causante de la escasez de alimentos.

¿Dirían Resende y Borrell lo mismo si los ponen a comer restos de gallinas decrépitas, tripas de puerco, cáscaras de plátanos y agua con azúcar prieta para el desayuno?

Generalmente la idea que se tiene en Cuba de malnutrición y desnutrición está asociada a las fotos de niños africanos esqueléticos por el hambre en los brazos de sus famélicas madres. No, según los científicos hay ya desnutrición cuando en la ingesta de alimentos se observa un balance inadecuado de proteínas, calorías, vitaminas, fibras, minerales, hierro, grasas, yodo, calcio y otros nutrientes. La malnutrición la produce un déficit nutricional, pero también un exceso de alimentos de baja calidad nutritiva; por ejemplo, muchas calorías y carbohidratos, pero pocas proteínas, vitaminas, fibra, minerales, etc.  

Esos dos flagelos hoy están presentes en Cuba y golpean sobre todo a jubilados, ancianos, niños, mujeres embarazadas, los más pobres, y a quienes no reciben remesas, que según reporta la agencia noticiosa IPS desde La Habana constituyen el 68% de la población.

Muchos de quienes no reciben remesas o no tiene familiares en el exterior que les lleven dólares personalmente, viven en la miseria, no pocos en casuchas improvisadas en barrios insalubres, con menos de 1.90 dólares diarios, el límite que define la extrema pobreza según el Banco Mundial.

Y ya el castrismo causó durante el "Periodo Especial" de los años 90 la peor desnutrición generalizada de toda su historia republicana.

Comer poco y mal puede causar fatiga, diabetes, obesidad, depresión, deterioro del sistema inmune, pérdida de masa muscular, etc. Y si es por tiempo muy prolongado puede provocar anemia, raquitismo, retardo mental, problemas cardiacos, trastornos del cerebro, depauperación física, piel seca, cabellos finos y frágiles, uñas quebradizas.

En los niños la deficiencia nutricional causa serios daños

En los niños la deficiencia proteica, de vitaminas y minerales, impide su crecimiento normal, incluso el del cerebro. Eso puede causar cierto retardo mental, y un deficiente sistema inmune. La desnutrición también comienza en el vientre materno. Niño que nace desnutrido tendrá baja estatura, será delgado y enfermizo, y tendrá problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual.

Estudios realizados por médicos cubanos, y que fueron revelados por el doctor Darsi Ferrer hace algunos años, mostraron que los niños cubanos en los últimos tiempos tienen menor estatura que hace varias décadas.

El mayor déficit en la dieta cubana actual, según los expertos, es el de proteínas, vitaminas y minerales, fundamentales para el crecimiento, la reparación y mantenimiento de los músculos, tejidos, huesos, dientes, y para producir hormonas y aminoácidos.

Los especialistas nutricionistas —se pueden consultar en internet—  aconsejan que un adulto sedentario promedio ingiera diariamente 0,8 gramos de proteínas por kilogramo de peso corporal. Quien pesa 75 kilogramos (165 libras) debe consumir entre 55 y 60 gramos de proteína diarios. Los alimentos más ricos en proteínas son los de origen animal, precisamente los más escasos y caros en Cuba.

Aunque las distintas fuentes no coinciden exactamente en los valores nutritivos que tiene cada alimento, si se toman aquellos en los que hay coincidencias, o se calculan promedios se tiene una idea de los más esenciales.

Por ejemplo, un filete de res de media libra (225 gramos) contiene 60 gramos de proteínas. El pescado tiene también un alto valor proteico. Se destacan el bonito con 24,7 gramos por cada 100 gramos (55 gramos de proteínas en media libra), el atún (21,5 gramos por cada 100 gramos), la anchoa (21,5 gramos) y el salmón (20,7 gramos). El pescado aporta además vitaminas A y D, fósforo, magnesio, selenio, yodo y aminoácidos esenciales, algo que los vegetales tienen muy poco.

De carne de pollo, media libra contiene unos 42 gramos de proteínas. Un bistec de puerco de media libra tiene 36 gramos de proteínas, pero contiene hasta 40 gramos de grasa "mala", o sea, saturada,  y se recomienda no comerlo frecuentemente.

La leche de vaca tiene unos 32 gramos de proteínas por cada litro, además de 46 gramos de carbohidratos, 34 gramos de grasas.  El vaso de leche (un cuarto de litro) que prometió el dictador hace 12 años aportaría a cada cubano ocho gramos de proteínas. Y un huevo grande contienen 6,3 gramos de proteínas.

Los granos son alimentos valiosos, aportan proteínas, fibras, vitaminas, ácido fólico y minerales, pero menos proteínas.

¿Pueden los cubanos tener una dieta balanceada?

La carne roja tiene grasa y colesterol, pero en Cuba no existen las opciones que hay en el mundo normal para comer regularmente pescado, pollo, leche, mariscos y carnes magras como  el  pavo u otras. Ni tampoco para comer granos diariamente. Por la libreta se reciben 20 onzas de granos para todo el mes. Tampoco hay vegetales suficientes, ni frutas.
En fin, los cubanos comen pocos alimentos proteicos y ricos en nutrientes básicos para un balance  adecuado. La agricultura no los produce suficientemente, y no hay divisas para importarlos

Encima, ahora los principales alimentos se venden en dólares, muy caros. Al menos cinco o seis millones de cubanos hoy no reciben dólares. Y si los reciben, dado los precios exorbitantes, pueden comprar muy poco. Solo el 32% de la población recibe remesas regularmente. Quienes recibían dólares de familiares que viajaban a la Isla, ahora con la pandemia no reciben casi nada. Y tampoco los reciben los cuentapropistas que se dedicaban al turismo.

Un jubilado con 14 o 15 dólares de pensión no puede comer filete (23.80 dólares el kilogramo) o lomo de res (15.35 dólares el kilogramo). Quien gana salario mínimo (16.60 dólares) tampoco tiene cómo pagar cinco dólares por dos pechugas de pollo, y cuando le "toca" pollo en la bodega le dan ocho onzas para todo el mes. Un profesional que gana 44 dólares mensuales no puede pagar 26 dólares por un queso de cinco libras.  

Y la agricultura cubana produce cada vez menos. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en 2019 la producción de carne bovina cayó en un 23% con respecto a la de 2018. La de carne de cerdo (-8,3%), leche (-12,38%), huevos (-8,4%). Y hasta la de viandas (-4,48%)

Las viandas y el arroz son alimentos muy socorridos en la Isla. Tienen valor calórico y, en algunos casos,  también vitamínico, pero pocas proteínas y otros nutrientes básicos.

La Clínica Mayo recomienda ingerir 2.000 calorías diarias y de ellas entre 900 y 1.300 calorías procedentes de los carbohidratos ingeridos, que no deben pasar de 225-325 gramos diarios. Pero, a falta de alimentos proteicos, los cubanos ingieren más carbohidratos que los recomendados. Eso es causa de malnutrición.

Ahora no solo no se pueden comprar más alimentos por los bajos salarios, sino porque hasta las tiendas en CUC, los agromercados y el propio mercado negro están desabastecidos. Muchos afirman que se acuestan a dormir con solo un vaso de agua con azúcar en el estómago.

El hambre en Cuba ya no es solo una amenaza. Yoel  Espinosa, de Santa Clara, dijo recientemente a un periodista independiente que a una bodega le asignan 800 núcleos familiares, pero llevan alimentos solo para 400. Los otros 400 núcleos tienen entonces que esperar al mes siguiente para comprar. ¿Qué comen esas 400 familias en lo que esperan al mes siguiente?   

El resumen de este drama lo hizo una mujer de pueblo, Lisandra Muñoz, hace unos días delante de la tienda Tienda Panamericana La Plaza, en Santiago de Cuba: "¡La gente que no tiene dólares está pasando hambre!"

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5 comentarios

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El pueblo desnutrido y los gobernantes y sus familiares con aspecto de puerco cebado para fin de año, y a eso le llaman igualitarismo.

Profile picture for user padre Ignacio

El regimen vitalicio de la familia Castro convirtió las guayabas, mangos, aguacates, calabazas, yucas y boniatos en alimentos exóticos. Los mulatos se alimentan en la plantación, principalmente de una cosa a la que ellos insisten en llamar pan y mucho arroz, lo cual es mucho carbohidrato, que erróneamente los hace lucir rollizos. En los 90' a raíz del llamado periodo especial, un eufemismo de lo que en el machadato se llamaba miseria, los mulatos empezaron a sufrir enfermedades medievales como el Beri Beri, esta enfermedad era muy común entre los condenados a galera, que eran a obligados a remar en aquellos galeones, durante largas travesías donde escaseaban las verduras, ricas en vitamina B. La alimentation durante los primeros años de vida es esencial para el desarrollo físico e intelectual, los resultados de 60 años de caracoquismo lo estamos viendo y sufriendo en Miami con una arribazon de balseros cocodrilos con enanismo físico, intelectual, moral y con alergia al curralo.

Profile picture for user Ana J. Faya

Los informes del propio MINSAP dejaron claro cuánto el período especial de los 90 afectó el crecimiento de los niños. Y ahora vamos por el segundo "período especial".

La mala nutrición del pueblo cubano ha sido una constante por décadas. Ahora se hace más evidente y crítica por daños antropológicos en las nuevas generaciones. Las consecuencias a mediano y largo plazo se verán reflejadas por muchos años.

Profile picture for user Gualterio Díaz

Muy bueno eso de "ya". Desde 1990 hasta los estudios del MINSAP indican los efectos de tales golpes.