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Agricultura

¡Dejan de ser ilegales los jornaleros en Cuba!

Una resolución ministerial elimina una de las 'trabas' de más reciente factura del sistema económico cubano.

Holguín
Cultivo del tabaco.
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El Ministerio del Trabajo y la Seguridad Social (MTSS) acaba de hacer pública su última Resolución Ministerial, la número 24 de este año, en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 51, que legaliza o permite la actividad laboral de los jornaleros agrícolas en el país, con el objetivo de contribuir a un mejor funcionamiento de la agricultura. Un sector que para el Gobierno cubano "constituye un aspecto central en la estrategia económica del país", según explican en la argumentación, citada por Cubadebate.

La resolución ministerial es presentada como una iniciativa que, según el sitio oficialista, "abre la posibilidad de que los productores agropecuarios individuales, vinculados o no a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, Cooperativas de Producción Agropecuaria o Cooperativas de Créditos y Servicios, contraten directamente a personas que no sean cuentapropistas como fuerza de trabajo en los picos de cosecha, siembra, labores culturales u otras actividades de similar naturaleza".

Sin embargo, apenas elimina una de las trabas más recientes creadas por el sistema cubano, que realmente tuvo poca aplicación, pero estaba ahí, como espada de Damocles, creando un clima de ilegalidad innecesario en el agro cubano.
Dicha traba surgió en el momento álgido de las reformas cosméticas de Raúl Castro, en octubre de 2010, cuando reabrieron el trabajo por cuenta propia permitiendo el ejercicio de 178 actividades privadas. Una de ellas era la de "trabajador agropecuario", y al surgir la licencia todos los jornaleros del país debían regular su estatus laboral y pagar impuestos.

"Recuerdo que enseguida que salió eso de los cuentapropistas comenzó la presión sobre los campesinos. Venían a las reuniones gente los organismos (funcionarios de la ANAP, del Partido Comunista o del Gobierno) presionando a través de las cooperativas, (que son controladas por el Estado), para que les exigiéramos sacar la patente", comentó Gregorio Ramírez, productor de tabaco en Mayarí, Holguín.

"Nos amenazaban con multas a los que tuviesen en la finca trabajadores sin la patente (licencia). Eso siempre fue algo absurdo y nunca se pudo aplicar. Quien lo inventó no sabe nada de cómo funciona la agricultura. Yo, por ejemplo, siembro tabaco y algunos días necesito hasta diez obreros, pero al siguiente con uno o dos me basta. Sin embargo, en la finca de al lado puede que los necesiten. Es algo variable, no puede haber un compromiso rígido, ni con los campesinos ni con el fisco", explica Ramírez.

"Por otro lado, los jornaleros son en muchos casos jubilados o mujeres ama de casa que solo a veces trabajan en algo porque se pagan bien, como el tabaco, pero no lo quieren hacer todo el año, ni en cualquier cosa. Algunos ni pueden porque tienen otras responsabilidades. Por eso, que yo sepa, por aquí nadie sacó la patente. Nunca debieron ponerla, es una locura", concluyó.

René, otro tabacalero, cree que "esto no va a tener ningún impacto en la producción como están diciendo porque, realmente, nunca se cumplió. La única mejoría es que ya no tenemos que violar la ley. Aunque fuera violando las reglas, pero nunca nadie le exigió a un trabajador tener patente ni la cabeza de un guanajo. Imagina, si a veces tenemos que rogarle a la gente para que quieran trabajar y buscar obreros en otros lugares, ¿cómo vamos a ponerles condiciones? ¡Faltaría más!".  

Al crearse la licencia de trabajador agropecuario, de manera automática todos los jornaleros del país que hasta entonces trabajaban libremente y sin compromisos, pasaron a ser "ilegales" si no regularizaban inmediatamente su condición laboral esporádica como permanente.

Finalmente, gracias a esta nueva resolución, los hombres y mujeres que apoyan la producción de alimentos en nuestros campos ya no tendrán que temer a que pueda llegar, hasta el surco donde trabajan, un inspector a pedir papeles, con facultades para multarlos por el delito de producir la tierra.

Cabe resaltar que en Cuba existen los jornaleros o trabajadores agrícolas temporales desde hace siglos y su máxima proliferación tuvo lugar durante la etapa capitalista del siglo XX, por el gran auge agrícola en las plantaciones de caña de azúcar, tabaco y café. Recordaremos que Fidel Castro lo criticó en La Historia me absolverá, como parte de la precariedad del empleo en el país, pero tras implantarse en el poder nunca pudo erradicarlo del todo porque cumple un rol insustituible en el funcionamiento productivo. Y por supuesto, no es un fenómeno exclusivo de Cuba.

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Dirigentes que no sólo son corruptos y serviles de la élite sino mediocres, ineptos. De ahí el desastre, que el sistema propicia.