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cine

La cubana Ana Margarita Martínez quiere una 'muerte silenciosa' para el filme 'La Red Avispa'

La exiliada califica de distorsionada su representación en lo que describió como proyecto de película anticubano con tono socialista comunista.

Miami
Ana Margarita Martínez.
Ana Margarita Martínez. the dead bolt

La exiliada cubana Ana Margarita Martínez, representada por la actriz Ana de Armas en el filme La Red Avispa, deseó una "muerte silenciosa" para la película de Oliver Assayas, que calificó como proyecto anticubano en el cual no participó ni fue consultada.

"De la misma manera que lo hice en septiembre de 2019 cuando recibí varias solicitudes de los medios sobre la producción de la película independiente Wasp Network (La Red Avispa), no voy a dar entrevistas sobre la representación distorsionada de mi persona en este proyecto de película anticubano exiliado, con tono socialista comunista, en el que no participé, ni fui consultada", declaró.

"Esta película se basó en un libro mediocre, lleno de inexactitudes y fabricaciones, escrito por un conocido simpatizante de Fidel Castro. El director de cine disfrutó de algunos elogios de sus proyectos anteriores que le permitieron reunir un elenco respetable. La compañía productora consultó con los espías cubanos y con el Gobierno cubano, pero no consultaron con ninguno de los cubanoamericanos u otros en Miami que están representados en la película. Eso dice mucho sobre la agenda detrás de este proyecto", consideró.

Según la declaración de Martínez, la información compilada para el desarrollo del personaje que intenta representarla "fue obtenida a través de fragmentos de artículos publicados y redes sociales; el resto fue fabricado, utilizando la táctica de medias verdades para crear una apariencia de credibilidad".

"Esto también se aplica a todos los demás representados en este lado del estrecho de Florida", añadió.

Recordó que la película "ha recibido críticas fatales, al igual que los actores, tanto así que fue retirada de los festivales y reeditada en un intento por salvar la historia".

"La película nunca se estrenó en los teatros de EEUU, y finalmente se vendió al canal de streaming donde se transmite actualmente. No he visto la película, ni tengo intención de hacerlo", dijo.

"Además de las múltiples solicitudes de entrevistas de los medios, también he recibido innumerables mensajes de apoyo de muchos que me conocen y están indignados por la representación tergiversada de mi persona en esta película. Por esto, estoy muy agradecida", afirmó.

"Cada persona que ve esta película está contribuyendo a la proliferación de la propaganda del régimen castrista. Hago un llamado a cualquiera que defienda la verdad, que eviten ver esta película y así mostrarle a ese canal de streaming que este tipo de contenido es simplemente una mala inversión. La película ya es un fracaso, al tan solo haber ganado hasta ahora USD 1.400.000 dólares en todo el mundo", añadió Martínez.

"Mis comentarios se limitarán a esta declaración. Respeto las obligaciones de los medios de informar sobre lo que es controversial, pero sinceramente me encantaría ver esta película morir una muerte silenciosa y polvorienta como un título oscuro en el canal de streaming; y que nunca llegue a recuperar los 17.000.000 que costó su producción".

Ana Margarita Martínez, nacida en 1960 y quien vive desde los seis años en EEUU, en 1992 conoció a Juan Pablo Roque, uno de los integrantes de la Red Avispa, quien mantuvo en secreto durante años su lealtad al Gobierno cubano.

Roque se hizo famoso en el sur de EEUU porque llegó a nado a la Base Naval de Guantánamo donde se presentó como desertor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Así se inició como espía, para frustrar supuestos actos terroristas hacia Cuba desde la organización Hermanos al Rescate y cuya misión finalizó un día antes de que el régimen cubano ordenara el derribo de dos avionetas, supuestamente en aguas cubanas.

Tanto Ana Margarita Martínez como el resto de los "compañeros" de Roque se quedaron "petrificados" cuando este apareció frente a las cámaras de CNN desde La Habana dando a conocer que él era parte de una misión del Gobierno cubano.

Después de ser abandonada por Roque, Martínez demandó al Gobierno de Cuba en un tribunal de Miami, por "angustia emocional", y obtuvo en el año 2001 un fallo que le adjudicaba más de 7.000.000 de dólares.

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