La policía uruguaya descubrió una pequeña red de trata de personas y proxenetismo tras el allanamiento a una whiskería ubicada en la localidad de Guichón, donde eran explotadas sexualmente seis cubanas, una dominicana y una venezolana, según la información publicada por El País Uruguay.
El local, llamado Las Vegas, fue allanado la semana pasada por sospechas de que allí se vendían drogas, pero una vez los agentes entraron descubrieron a las ocho mujeres de entre 25 y 39 años, quienes eran extorsionadas y estaban alojadas en condiciones inhumanas.
El jueves la Fiscalía informó a través de un tweet que la fiscal de Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y Violencia basada en Género de 4to Turno, Sylvia Lovesio, había imputado a la mujer propietaria del local allanado por el delito de trata de personas. La medida cautelar que se estableció fue la prisión preventiva por 180 días.
De acuerdo con la nota publicada por el diario uruguayo, fuentes relacionadas con la investigación indicaron que la dueña del local tiene 53 años y cuenta con antecedentes penales por tráfico de drogas.
La investigación halló que las mujeres abusadas llegaron a Uruguay en los últimos meses y poco tiempo después fueron captadas por la red de trata. Tras ser interrogadas dijeron que los responsables del lugar se quedaban con la totalidad del dinero que pagaban los clientes por ellas.
Según el caso, dirigido por Delitos Especiales de Crimen Organizado e Interpol, e iniciado a principios de año, la mujer detenida trabajaba con otra extranjera que captaba a las víctimas en Montevideo y luego las trasladaba a Paysandú. Esta segunda mujer también se encuentra detenida.
El jefe de Policía de Paysandú, departamento al que pertenece la ciudad Guichón, confirmó al medio local que las víctimas ejercían como trabajadoras sexuales.
A través del patrullaje cibernético contra la explotación sexual en el país sudamericano, se detectó que desde internet eran captadas mujeres extranjeras con el objetivo de explotarlas sexualmente en el interior.
Las mujeres fueron trasladadas a Montevideo y el caso quedó en manos de Interpol, que intenta encontrar a otros miembros de la red implicados en el caso de explotación, proxenetismo y trata de personas.
