Back to top
Poesía

Las erupciones del Big Bang

'A Jan Kuhlbrodt, autor de este poema, le provoca cierta urticaria mental el mero acto de pensar en los orígenes del tiempo y el espacio.'

Lugo

A Jan Kuhlbrodt, autor de este poema, le provoca cierta urticaria mental el mero acto de pensar en los orígenes del tiempo y el espacio. Por eso quizá la física que rige los destinos del universo se traduce en su poema en el horror de aquella asignatura obligatoria del colegio, de tan poca ayuda para entender los pasos de la historia, los controles fronterizos.

Quien ha nacido y se ha criado en un sistema comunista, tiene más que razones para cuestionarse la física. (O para celebrarla.) La física como opuesto de la historia. El libro al que da inicio a este poema está dedicado a Stötzer (Stötzer Lied. Gesang vom Leben danach, Verlagshaus J. Frank, Berlín, 2013), un "dispositivo de almacenar impresiones y sensaciones, un sismógrafo". Y como un sismógrafo capta el poeta las vibraciones de la nueva era, de esa "vida después". Como un Herr Keuner brechtiano renacido, ahora más desencantado, más cínico, más lleno de amargura.

 

 

 

El Big Bang

 

concepto que ilumina, motivo indistinguible; un ahora

solo visible como niebla

 

cuando un movimiento fortuito entró en el mundo. Entrada

                                                                                        que yo llamo huida

de la idea

antes de la idea de que nada comenzó jamás, ni siquiera el fin.

La física, para mí, siempre un horror, vibración, oscilaciones,

erupciones (cutáneas), límites a cinco grados, que para mí eran,

como límites, muy poco reales, como las fronteras con pasos, con membranas,

estructuras osmóticas, puntos de parada o puntos finales, controles de

pasaporte…  

 

 

Der Urknall

einleuchtend als Konzept, ein Grund nicht erkennbar; ein Jetzt / als Nebel nur sichtbar // als zufällig eine Bewegung in die Welt trat. Ein Tritt / aber ich nenne das Flucht / des Gedankens / vor dem Gedanken, dass nichts je begann, nicht mal das Enden. / Physik war mir schon immer ein Gräuel und die Schwingung, / der Ausschlag, die Grenze fünf Grad, die mir als Grenze so wenig / real war, wie Grenzen mit Durchlass, Membranen / Osmotische Gebilde, Haltepunkte oder Endpunkte, Passkontrollen,   

 


Otros poetas traducidos por José Aníbal Campos: Clemens Umbricht, Thilo Krause  y Volker Sielaff.

Archivado en

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.