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Opinión

'La paliza que se merecen'

¿Era español o cubano? ¿Opositor o turista? ¿Lo atacaron por alegría o por miedo extremo?

Madrid

Fue como si los policías de civil que rodean a las Damas de Blanco esperaran la ocasión y, en vísperas del cambio de política europea hacia Cuba, se hubiesen molestado en dejar una señal inequívoca de la mucha impunidad que estaban por garantizarle allá en Bruselas.

Ya lo había advertido Jesús Gracia, secretario español de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, al justificar su acercamiento a Raulilandia: "Poco a poco, Cuba tiene que poner en marcha una serie de reformas, que ya han adelantado que van a poner en marcha, que son muy lentas y que tienen que llevarle hacia otro camino".

Así que trabaron los segurosos al ciudadano español Juan José Cuezva de Mata, residente en Burgos y turista en La Habana. Lo trincaron y envasaron en fiana, pese a los gritos de las Damas de Blanco que advertían que aquel viejo era un gaito.

Y no es que lo confundieran con un opositor. No es que a los segurosos les despertara sospecha verlo tan pegadito a la iglesia de Santa Rita, donde las Damas de Blanco se reúnen para manifestarse y oír misa. Sino que, muy precisamente, la cogieron con él por españolete. Para que todos esos caballeros a punto de decidir allá en Europa la política hacia Cuba tuvieran noticias de cuánta felicidad podrían traerle a los cuerpos de Seguridad del Estado.

No es casual entonces que en las últimas horas, junto al video del español trajinado, pudiera verse también a un seguroso con un megáfono explicando a una formación de esbirros la manera de tratar con los opositores: "Nosotros sencillamente le vamos a dar una paliza. La paliza que se merecen".

"Sencillamente", dijo el seguroso del megáfono.

Y, sencillamente, este parece ser ese otro camino cubano avizorado por la diplomacia europea. Sencillamente, parecen ser estas las reformas de las que hablara el secretario de Estado español. Como si a partir de ahora la violencia fuera a ser anunciada por megafonía y ejecutada al buen tuntún.

Puede que lo que esos videos muestran se deba a regocijo del régimen por el tanto apoyo internacional recibido últimamente. Raúl está que no cabe de contento. Los segurosos salen tan felices a la calle, dándole alegría a su cuerpo macarena, que le meten llave inmovilizadora al primer turista con el que se topan.

O puede que, por el contrario, lo que se ve en esos videos se deba a hipersensibilidad del sistema, al aciscamiento de quien espera lo peor, y lo espera para muy, muy pronto.

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