Me quedo mirando al borde del abismo
memorizo la armonía
de la música sacra
el enorme resonar del órgano.
¿Para qué saco del fondo del abismo
los ojos turquesa del amigo
como desvaídas cuentas?
¿Para qué pienso en la muerte
si es lunes y nos rodea un aire transparente?
¿Para qué cierro los ojos
como esperando un beso crucial
apocalíptico?
¿Para qué repito los días de la semana
los nombres de los meses
de los patriarcas bíblicos
de los dictadores y los déspotas
de las ciudades en las que nunca veré atardecer
como si temiera olvidarlos
olvidarme
como si estuviera hecha con fragmentos de ellos?
Apunto en el cuaderno de desastres:
No quedarme mirando al borde del abismo
sin saber por qué
para qué
sin que llegue esa mano tendida
esa explicación
que invite al retorno.
Sonia Díaz Corrales nació en Cabaiguán, en 1964. Ha antologado toda su poesía en Los días del olvido (Efory Atocha, Madrid, 2016).
Otros poemas suyos: Primera letanía sobre la muerte, Llenos y vacíos, Besos y melocotones y El Rey pide las manzanas de las Hésperides.