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Poesía

'El poema como máscara. Orfeo' de Muriel Rukeyser

'No hay montaña, no hay dios, solo la memoria/ de mi vida torcida, yo quebrada en sueño, la niña/ salvada a mi lado, entre doctores, y una palabra/ salvadora desde los grandes ojos.'

La Habana

 

Cuando escribí de las mujeres en frenesí en sus danzas, fue una máscara,

en su montaña, a la caza del oro, cantando, en orgía,

fue una máscara; cuando escribí del dios,

fragmentado, exiliado de sí, su vida, el amor perdido con el canto,

era yo misma, quebrada, sin habla, exiliada de mí.

 

No hay montaña, no hay dios, solo la memoria

de mi vida torcida, yo quebrada en sueño, la niña

salvada a mi lado, entre doctores, y una palabra

salvadora desde los grandes ojos.

 

¡No más máscaras! ¡No más mitologías!

 

Ahora, por vez primera, el dios alza su mano,

los fragmentos se unen en mi con su propia música.

 

 

 

The poem as a mask. Orpheus

 

When I wrote of the women in their dances and wildness, it was a mask,

on their mountain, gold-hunting, singing, in orgy,

it was a mask; when I wrote of the god,

fragmented, exiled from himself, his life, the love gone down with song,

it was myself, split open, unable to speak, in exile from myself.

 

There is no mountain, there is no god, there is memory

of my torn life, myself split open in sleep, the rescue child

beside me among the doctors, and a word

of rescue from the great eyes.

 

No more masks! No more mythologies!

 

Now, for the first time, the god lifts his hand,

the fragments join in me with their own music.

 


Muriel Rukeyser (Nueva York, 1913-Nueva York, 1980) fue poeta, novelista, dramaturga, biógrafa, autora de libros infantiles y activista política. El inicio de la Guerra Civil Española la sorprendió en Cataluña, donde cubría como periodista los juegos olímpicos alternativos a la Olimpiada de Berlín (1936). Viajó a las minas de West Virginia para documentar las enfermedads profesionales de los mineros. Opuso su activismo a la guerra de Vietnam. Tradujo al inglés a Octavio Paz, Gunnard Ekelöf y Bertolt Brecht.

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