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Sociedad

Dame tu pulóver para promover el matrimonio igualitario

'Clara y Beatriz quizás pudieron haber ido al cine o a algún concierto el sábado 16 de febrero por la noche, pero prefirieron ir a La Bombilla Verde.'

La Habana

Clara y Beatriz quizás pudieron haber ido al cine o a algún concierto el sábado 16 de febrero por la noche, pero prefirieron ir a La Bombilla Verde, bar ubicado en 11 entre 6 y 8, en el Vedado. No fueron a tomarse unos tragos o a escuchar música, sino al "Dame tu pulóver", coordinado por la campaña Acepto, la Alianza Afrocubana y la Tienda de Diseño 99%cubano,  Clandestina, además de una larga lista de organizaciones, grupos de Facebook y activistas independientes. Esta acción, que Clandestina suele hacer con grupos comunitarios, estuvo dedicada esta vez a apoyar el matrimonio igualitario.

Para Clara y Beatriz estar allí era más importante que cualquier película o concierto. Hace 18 años decidieron unir sus vidas y hoy constituyen una familia junto a los hijos de ambas, de cuatro y seis años. Como una familia acudieron los cuatro a La Bombilla Verde e hicieron imprimir sus pulóveres con los diseños que ha realizado Clandestina para esta campaña.

Aunque a las siete de la noche, hora en que estaba programado el inicio, apenas había diez personas y el "Dame tu pulóver" parecía destinado al fracaso, en menos de media hora el portal de La Bombilla se llenó de público mayoritariamente joven y femenino, suficiente para mantener a las chicas de Clandestina imprimiendo durante casi dos horas.

Una vez organizados los pulóveres de acuerdo al diseño elegido por cada persona, teniendo en cuenta el color de la pieza y el de la tinta que se empleará, cada impresión toma más o menos un minuto. Pero las prendas deben colocarse en una tendedera y luego se completa el secado a mano. La necesaria espera para recibir tu pulóver impreso da la oportunidad de conversar y permite que Clara me cuente su historia.

"Beatriz y yo nos conocimos en la universidad; tenía 22 años. Fue difícil, sobre todo por mis padres que nunca me dejaron entrar a la casa con ella. Los suyos fueron más flexibles pero no hablaban del tema. Para estar juntas tuvimos que alquilarnos y tú sabes lo difícil que es eso, por la economía. Con el tiempo, logramos tener un apartamentico chiquito y después una casa un poco más grande", cuenta antes de darle a Beatriz un pulóver de uno de los niños, para que le impriman el diseño del bicitaxi con las dos chicas vestidas de novia.

Después de más de diez años juntas y de tener las condiciones creadas, Clara y Beatriz decidieron lo que muchas parejas: ampliar la familia. Pero al ser una pareja homosexual en un país que no reconoce este tipo de unión, no pudieron recurrir a la inseminación artificial.

"Es difícil incluso para las parejas heterosexuales, puede tomarles años. Decidimos buscar las personas adecuadas para quedar embarazadas. Cada una de nosotras tuvo un hijo biológico y conocen a sus padres, que no tienen que pasarles manutención ni toman decisiones sobre ellos. Solo tienen el derecho de darles y de recibir afecto."

Los niños tienen claro cuál de ellas le trajo al mundo. Pero no hacen distinción. Ambas son sus madres y por tanto las quieren y obedecen por igual. Solo uno está en edad escolar y asiste a primer grado. Hasta ahora, no ha habido problemas en la escuela ni con el personal docente ni con el resto del alumnado.

"Desde el principio hablamos con la directora y con las maestras para que supieran qué tipo de familia somos y para que estuvieran atenta a cualquier indicio de bullying, y no ha pasado nada. Yo no socializo mucho con los padres por mi propia forma de ser, que es más bien introvertida, así es que no sé si todos lo saben, pero con los que sí lo saben hasta ahora tampoco ha habido ningún problema", explica Clara casi sin mirarme porque está pendiente de sus hijos, que juegan contentos en el lugar.

Pero aunque Clara y Beatriz han logrado constituir una familia durante 18 años, ahora además con sus dos hijos, la posibilidad de contraer matrimonio continúa siendo una necesidad. Clara me comenta los peligros implica la falta de reconocimiento legal para su relación.

"Ya la propiedad de la casa no es un problema, porque ahora dos personas no tienen que ser familia para ser copropietarias. Pero imagínate que a mí me sucede algo; mi hijo no puede quedarse con la otra mamá que conoce. No puedo ni dejar expresada mi voluntad por escrito, porque legalmente él no tiene ningún vínculo con ella. Aunque mi familia sabe lo que yo quiero, al final podrían hacer lo que les diera la gana. Incluso, su padre biológico, que hasta ahora ha sido buenísimo y no lo creo capaz, pero podría reclamar la patria potestad."

Afortunadamente, tanto Clara como Beatriz gozan de perfecta salud en estos momentos y están orgullosas de la familia que han construido. Pero cada vez es más evidente la necesidad de que se apruebe el matrimonio igualitario y cada vez son más las voces que desde cualquier orientación sexual se suman a este reclamo.

Tras casi dos horas durante las que han imprimido pulóveres, camisetas y hasta bolsas, las chicas de Clandestina están a punto de parar. El último de los tres diseños que imprimen es el de las copas de vino con dos sombreros de copa, en blanco. Algunas personas se quedan esperando, a ver si vuelven a hacer una ronda de impresión con el diseño de la media naranja. Pero no podrá ser… por hoy.

Esta no es la última oportunidad para tener un pulóver impreso con un diseño de Clandestina y la frase "Solo es cuestión de amor". Lidia Romero, trabajadora de Clandestina y promotora de Acepto, afirma que habrá otros "Dame tu pulóver", pronto, aunque aún no puede precisar la fecha.   

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