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VIVIENDA

El Gobierno recurre a una antigua técnica mexicana para intentar reparar las casas destruidas por Matthew

El 4 de octubre de 2016 ese huracán dañó 46.706 viviendas, de las cuales 8.312 se derrumbaron totalmente.

Guantánamo

Constructores de la provincia de Guantánamo se entrenan en el uso de bóvedas de ladrillo cerámico, una antigua técnica típica de México, dentro de un proyecto para acelerar la terminación de cientos de casas afectadas por el huracán Matthew hace casi un año y que todavía no han sido reparadas.

De acuerdo con los medios oficiales de la Isla citados por EFE, esta solución constructiva, traída a Cuba dentro de una iniciativa del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), no requiere de encofrado y tampoco necesita acero ni hormigón, por lo que resulta más económica frente a las cubiertas de placas, la más usada en la Isla.

La extensión de esta técnica, aplicada desde hace más de 200 años en estados mexicanos como Jalisco, Michoacán, Querétaro y Oaxaca, podría solucionar el "problema omnipresente" de la escasez de los materiales para construir techos de placa, "con el empleo de recursos locales", señala el diario oficial Granma.

En Guantánamo, la provincia más afectada por el paso del intenso huracán Matthew el 4 de octubre de 2016, "abundan los productores de ladrillos cerámicos y existe una industria estatal, lo que junto a la disponibilidad abundante de la materia prima principal (arcilla) debe facilitar la extensión de esta práctica", indica la nota.

Los albañiles, arquitectos e ingenieros cubanos son entrenados por el director del Instituto de las Bóvedas Mexicanas y Tecnologías Regionales (Ibomex), Ramón Aguirre Morales.

Este directivo explicó que las bóvedas de ladrillo cerámico se edifican en territorios mexicanos donde la "actividad sísmica es frecuente y las bóvedas no han colapsado, pues son construcciones fuertes y seguras".

En las cúpulas se usan ladrillos cocidos de cinco centímetros de ancho, diez de alto y 20 de largo, con un peso aproximado de 1,5kg, más pequeños que los producidos habitualmente en Guantánamo.

"Su menor tamaño y peso favorece la edificación de los arcos y el sostén de un ladrillo con otro", apuntó el experto mexicano.

El huracán Matthew, de categoría cuatro, azotó el pasado 4 de octubre Guantánamo, donde causó considerables estragos en los municipios de Baracoa, Imías, Maisí, San Antonio del Sur y Yateras.

En estas localidades, el meteoro provocó graves pérdidas en la agricultura y en los servicios eléctricos y de comunicaciones.

Según cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), Matthew es el tercer ciclón más devastador de los últimos 11 años, después de Ike y Sandy. Y sus daños materiales se cifran en 97,2 millones de dólares.

Según la ONEI, Matthew dañó 46.706 viviendas, de las cuales el 17,8%, es decir, 8.312 casas, se derrumbaron totalmente.

Baracoa fue la localidad que recibió los embates directos de este ciclón y el 90% de los 900 edificios de su centro histórico quedaron dañados parcial o totalmente.

Durante los últimos meses los habitantes de esas zonas se han quejado de la lentitud de la distribución de recursos por parte del Gobierno y de la militarización que hubo en los municipios para frenar eventuales manifestaciones de descontento.

A principios de marzo el Gobierno dijo haber recuperado más del 86% de las edificaciones destruidas. El régimen impide el trabajo de los periodistas independientes y activistas en los territorios dañados por lo cual las versiones alternativas a la oficial son escasas.

La prensa oficial en las últimas semanas ha defendido los "avances" en la recuperación de las zonas afectadas por el huracán. Sin embargo, con frecuencia esas informaciones contrastan con las quejas de los damnificados.

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