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RELACIONES CUBA-EEUU

Washington: La Habana continúa fuera de la lista de patrocinadores del terrorismo

Caracas, por su parte, 'sigue albergando a individuos ligados a las FARC y a ETA, como a simpatizantes de la milicia libanesa'.

Washington

El informe anual sobre terrorismo en el mundo, publicado este martes por el Departamento de Estado de EEUU, no presenta cambios en su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, de la que el Gobierno de Cuba fue sacada en 2015 y no ha vuelto a ser incluida por el Gobierno de Donald Trump, pese a su retórica más dura hacia el régimen.

La Habana fue retirada en 2015 de la lista y vuelve a quedar fuera este año, y además el Departamento de Estado no incluye ninguna referencia al Gobierno de la Isla en su apartado dedicado a las actividades terroristas en Latinoamérica, reporta EFE.

"Cuba fue eliminada, y no hay ningún requisito en el informe para un capítulo individual sobre cada país en todo el mundo. Producimos capítulos en los Informes de los países sobre la base de material, francamente, para incluir en el informe. Por lo tanto, se evaluó que no había suficiente información allí para proporcionar un informe este año sobre Cuba, que fue retirada de la lista de patrocinadores estatales anteriormente", explicó Justin Siberell, coordinador interino para el Contraterrorismo en una rueda de prensa este viernes.

Las razones por las que Washington mantenía a La Habana junto a Irán, Sudán y Siria, en esta lista eran discutidas y polémicas.

Según analistas, se trataba no del presunto apoyo y acogida de terroristas como los miembros de la organización ETA, "sino por otras cuestiones", entre ellas el hecho de tratarse de "una lista extremadamente politizada".

Otros especialistas, por su parte, defendían que La Habana estuviera en la lista pues no es necesario encontrar una "pistola humeante" para vincularla con actividades extremistas en el hemisferio occidental.

Los vínculos con Corea del Norte e Irán, "la triangulación Venezuela-Irán-Cuba" y el hecho de que la lista estuviera "gobernada por la percepción de la amenaza" explicaban la inclusión, sostenían.

Colombia: las FARC y el ELN

Washington eliminó de este informe una referencia que venía haciendo desde hacía años a las guerrillas colombianas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN) como la principal amenaza terrorista en Latinoamérica, y alertó de que en Venezuela hay un "ambiente permisivo" con el terrorismo.

En el capítulo sobre Latinoamérica del documento anual, no aparece una frase que formó parte, con ligeras variaciones, de los informes emitidos por el Departamento de Estado al menos desde comienzos de esta década.

Se trata de la referencia a las FARC y al ELN como "la principal amenaza terrorista en el Hemisferio Occidental", tal y como aparecía en la edición relativa a 2015.

Ambos grupos siguen incluidos en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado, y el informe vuelve a incluir a Colombia, junto a Venezuela, en su lista de países que suponen un "refugio" para terroristas.

Pero el documento rebaja la alarma respecto a las guerrillas colombianas, debido en buena parte a la aprobación el año pasado de un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, y al inicio de negociaciones con el ELN.

"Colombia experimentó un descenso significativo en la actividad terrorista en 2016, según estadísticas del Ministerio de Defensa, debido en buena parte al alto el fuego bilateral entre las fuerzas del Gobierno" y las FARC, y la firma de la paz, indica el informe.

Desde agosto de 2016, "solo ha habido una confrontación letal" entre las fuerzas gubernamentales y las FARC, y el año pasado se redujo el número de civiles muertos en el conflicto, así como el de miembros de ese grupo y del ELN que "fueron asesinados en combate, capturados o se desmovilizaron".

La amenaza de las FARC también se redujo en Panamá, donde en los últimos años la guerrilla colombiana usaba la provincia sureña de Darién "como base de operaciones, punto de descanso y recuperación y zona de rearme", según el informe.

Con el apoyo estadounidense, "las autoridades panameñas han eliminado sustancialmente la capacidad de las FARC de operar en Darién, y la conclusión del proceso de paz en Colombia rebajó aún más la amenaza de la guerrilla" en Panamá, añade el documento.

El caso de Venezuela

En cuanto a Venezuela, el Departamento de Estado vuelve a acusar al Gobierno de Nicolás Maduro de mantener un "ambiente permisivo que toleró el apoyo a actividades que benefician a grupos terroristas".

En concreto, denunció que Venezuela siguió albergando a individuos ligados a las FARC, al grupo terrorista español ETA y a simpatizantes de la milicia libanesa Hezbolá, y que "por undécimo año consecutivo", Caracas "no cooperó adecuadamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos".

El informe lamenta que Caracas "no tomara ninguna acción contra altos funcionarios venezolanos" que han sido sancionados por el Tesoro estadounidense debido a su "asistencia material" o su apoyo de otro tipo a las FARC.

En términos generales, el informe determina que en Latinoamérica y el Caribe hay "vulnerabilidades" como "fronteras porosas, capacidades limitadas para aplicar la ley y rutas establecidas de tráfico" de personas y drogas, que han "ofrecido oportunidades a grupos terroristas locales e internacionales".

"La corrupción, las instituciones de gobiernos débiles, la cooperación insuficiente entre agencias, una legislación débil o inexistente y una falta de recursos siguieron siendo las causas principales de la falta de voluntad política significativa para combatir el terrorismo en algunos países" del continente, apunta.

Hay "algo de apoyo en Latinoamérica" a los grupos terroristas procedentes de Oriente Medio, y el Estado Islámico (EI) logró "reclutamientos limitados" procedentes de la región en 2016, mientras que Hezbolá "mantuvo algunos apoyos financieros" y logísticos en el continente.

Irán, 'el principal patrocinador de terrorismo'

Irán fue considerado "el principal Estado patrocinador del terrorismo en 2016": lleva más de tres décadas, desde 1984, en esta lista, que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta y exportación de armas y un veto a la ayuda económica.

"Irán siguió siendo el principal Estado patrocinador del terrorismo en 2016, y los grupos que apoya mantuvieron su capacidad de amenazar a los intereses de EEUU y sus aliados", indica el informe, el primero que se emite bajo el Gobierno de Trump, que ha sido muy crítico con Teherán.

Las fuerzas Quds, la unidad de elite y de operaciones internacionales de la Guardia Revolucionaria iraní, "junto con socios y aliados de Irán, siguieron teniendo un papel desestabilizador en conflictos militares en Irak, Siria y Yemen", señala el documento.

Irán siguió "reclutando a combatientes de toda la región para unirse a milicias chiíes implicadas en combates en Siria e Irán", así como financiando a Hezbolá y trabajando con esa organización a favor del régimen sirio de Bachar al Asad en la guerra civil.

Estados Unidos también destaca el apoyo iraní a "Hamás y otros grupos terroristas palestinos", además de a "grupos chiíes militantes en Baréin" y a organizaciones radicales de la misma confesión en Irak.

Como patrocinador del terrorismo repite también Siria, que se encuentra en la lista desde 1979, porque Al Asad "continuó su apoyo político y militar a varios grupos terroristas que afectan a la estabilidad de la región", y "su relación con Hezbolá e Irán se fortaleció en 2016", que lo ayudaron a retomar el este de Alepo.

Sudán, que fue incluido en la lista de patrocinadores del terrorismo en 1993, vuelve a aparecer en ella pero la justificación que ofrece el Departamento de Estado es más débil que en años anteriores, lo que podría apuntar a un posible debate en el Gobierno de Trump para retirar a la nación africana del listado.

El informe afirma que "combatir el terrorismo es hoy una prioridad para Sudán" y coopera con Estados Unidos para ese fin, y además no hubo "indicaciones de que el Gobierno sudanés tolerara o asistiera a organizaciones terroristas dentro de sus fronteras en 2016".

Trump planea decidir para octubre si levanta permanentemente una serie de sanciones financieras impuestas hace dos décadas a Sudán, aunque esa decisión no afectaría a su inclusión en esta lista del Departamento de Estado, que supondría un proceso separado.

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