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Economía

La mejor juguera de La Habana es privada y en pesos cubanos

No hay nada igual en establecimientos estatales, no cobra a los más necesitados y para probar toda la oferta habría que ir dos meses seguidos, cada día.

La Habana

Para probar toda la oferta de La Juguera de 3ra y 6, en el Vedado habanero, usted tiene que ir durante dos meses seguidos, cada día menos el domingo, y pedir dos tipos de jugos. Son 125 zumos de frutas, de vegetales, combinaciones de frutas y combinaciones de frutas con vegetales.

Yo solía afirmar que La Juguera de 3ra y 6 ofrecía una de las mejores relaciones calidad-precio en la capital, hasta que un amigo me dijo muy serio: "No es una de las mejores, es la mejor de toda La Habana".

Los jugos se preparan con frutas y vegetales frescos comprados diariamente. Temprano en la mañana se comienza la elaboración de los zumos primarios (frutabomba, guayaba, naranja, etc.), para abrir a las 9:00AM con un stock que se repone a medida que se acaba.

Ninguno de los jugos lleva más de tres horas preparado cuando usted lo ordena. Las combinaciones se preparan en el momento que las pide el cliente. Puede endulzar con azúcar o miel. O simplemente no endulzar.

Nada hay parecido en los establecimientos del Estado ni en las cafeterías privadas o para el turismo, donde un jugo de esa naturaleza puede costar entre uno y tres CUC.

En La Juguera se pueden probar por entre tres y 15 pesos cubanos. Lo más caro son las combinaciones con fresa, cuya disponibilidad depende de la temporada y del precio en el momento.

¿Cómo puede mantenerse un negocio así durante seis años, en un país donde las frutas escasean cíclicamente y se encarecen por momentos?

Alberto Puig Santiesteban, de 39 años, licenciado en Derecho y dueño de La Juguera, explica que esa relación calidad precio "a veces no está ajustada directamente a los gastos y al precio de los productos, sino fundamentalmente al respeto al cliente".

"Nuestra estrategia es tener una diversidad de productos. Es posible que el costo de alguno sea superior y genere una pérdida, que no haya utilidad. Pero el producto mantiene su precio estable, con el objetivo de que el cliente pueda disfrutarlo y no pierda la confianza en nuestro local", señala.

"La pérdida se compensa con la utilidad que pueda sacársele a otro producto. O cuando se estabilizan los precios de esos insumos y se vuelve a generar la utilidad habitual. Nuestra utilidad es mínima, está en función de la demanda. Mientras más demanda tenemos, más utilidad".

Alberto confiesa que algunos días, tras garantizar el salario de sus trabajadores (ocho divididos en dos brigadas) y el pago de impuestos y la electricidad, no obtiene ganancia, debe ajustar sus gastos personales. Así y todo considera exitoso su negocio.

"Para mí el éxito no está definido desde el punto de vista mercantil, sino en la satisfacción del cliente", dice.

Asegura que no se enriquece con La Juguera ni es su intención. Aun cuando hay días en los que no obtiene ganancia, en 3ra y 6 no se le cobra a embarazadas, menores de tres años, personas muy ancianas o con discapacidad, ni a quienes, pese a estos precios económicos, no pueden costearse un jugo. Alberto no lo considera un gasto, sino un deber moral y social.

"Cuando vemos personas que cuentan el dinero y buscan el jugo más barato, se indica que no se les cobre. Por supuesto, hay personas que lo hacen de buena fe y otras no. Por eso debemos tener ojo crítico", dice.

Varias de las combinaciones ofertadas en 3ra y 6 fueron creadas allí, siguiendo los principios de la frutoterapia y la fruticultura, que Alberto ha estudiado durante muchos años. Por ejemplo, el jugo de la casa, que es la limonada de coco con hierba buena, y el B100.

"Más que un jugo, el B100 es un suplemento natural alimenticio y dietético. Se elabora con espinaca, perejil, apio, jengibre, zanahoria, remolacha, albahaca, limón, plátano y naranja. El objetivo es satisfacer todas las necesidades de vitaminas y minerales de los clientes en un solo vaso. No queremos que La Juguera sea solo un sitio donde calmar la sed o disfrutar de un sabor diferente, la idea es ayudar a prever enfermedades o que sea un paliativo ante una patología".

Alberto ofrece recomendaciones para la hipertensión, la úlcera estomacal y problemas para fijar el hierro.

"Para úlceras y gastritis recomendamos el jugo de melón con frutabomba. Para la hipertensión, los cítricos. De hecho, recomiendo onza y media o dos de zumo de limón diariamente en ayunas. Los cítricos deben consumirse antes de las 12PM porque después pueden generar problemas gástricos. Para el hierro, se usan mucho el perejil y la remolacha. El B100 es ideal para fijar los niveles de hierro y aumentar los de glóbulos rojos. También lo recomendamos para embarazadas".

Una de las mayores dificultades para comenzar un negocio privado en Cuba es la inversión. Alberto comenzó con un mínimo de fondos. "En 2013, yo era el comprador, el elaborador y el dependiente, con 15 tipos de jugos. Dormía unas dos horas diarias”.

"En seis años he tenido quizás 15 días de vacaciones. Con el aumento de los ingresos pude contratar un trabajador, ampliar la capacidad de elaboración y mejorar las condiciones del local".

Hoy cuenta con mesitas para consumir de pie, y con bancos para los que tienen prioridad personas mayores o con discapacidad y embarazadas. En seis años ha aprendido a reparar las batidoras que se rompen y esto le permite ahorrar dinero. Su mayor dificultad ha sido la fuerza laboral.

"Si existen fallas, el cliente no agradecerá que esté la misma persona, sino que exista una preocupación y se cambie la persona para mantener el estándar de calidad".

Se enorgullece del ambiente sano de La Juguera, donde no se permite fumar, ni ingerir alcohol, ni hablar alto. Pero no está conforme. Su plan es garantizar la estabilidad del negocio y mejorar las condiciones para los clientes.

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