Santa Clara es la ciudad de los "Ernesticos", jóvenes que llevan el nombre del Che Guevara y una pesada carga, porque el Gobierno y sus simpatizantes esperan de ellos que perpetúen el legado del argentino.
Según reseña la AFP, cada año en el hospital maternidad Mariana Grajales de esa ciudad, ese "honor" es otorgado al primer niño nacido el 14 de junio, fecha de nacimiento de Ernesto Guevara en 1928. Si los padres están de acuerdo, uno de los dos nombres del recién nacido será Ernesto. Es un programa ideado por la maquinaria propagandística de La Habana
Desde 1992, han sido bautizados 24 "Ernesticos", sin que hasta la fecha ese honor haya sido rechazado, según los promotores. En Santa Clara, donde Guevara libró una batalla decisiva para las tropas de Fidel Castro en 1958, el culto a esta figura polémica está reforzado.
"El Che es emblemático acá, está en todos y nos convoca", dice Noris Cárdenas, directora del Memorial Ernesto "Che" Guevara.
Hacia este complejo, donde el Gobierno afirma están los restos del Che, pero algunas investigaciones lo han puesto en duda, las autoridades han dirigido numerosos recursos. Tras el paso del huracán Irma fue de las primeras infraestructuras en Villa Clara en recibir fuerzas para su puesta a punto para los actos conmemorativos del 8 de octubre.
El complejo recibe todos los años a miles de turistas, curiosos y militantes de izquierda.
'Una carga pesada'
Cada mañana, los estudiantes cubanos son organizados por las direcciones escolares para hacer el juramento de "seremos como el Che", pero los "Ernesticos" de Santa Clara, añade la AFP, asumen un compromiso que va mucho más allá de la simple profesión de fe.
Lázaro Ernesto tiene apenas 12 años, pero asegura a la agencia francesa haberse impuesto "una estricta línea de conducta desde que tomó conciencia del legado del Che".
"Comportarme bien, estudiar, ser honesto, ser bueno con mis compañeros y mi familia", enumera Lázaro, bajo la mirada vigilante de su madre, Mayelin Morán, ama de casa de 40 años.
Muy tímido, este fanático del delantero Lionel Messi —natural de Rosario (Argentina) al igual que el Che— dice sentirse "orgulloso de llamarse como" esta figura, pero confiesa que el miedo escénico lo embarga cada 14 de junio, cuando sus compañeros de escuela lo felicitan por su cumpleaños.
Daniel Ernesto asume la fama con mayor serenidad. A sus 24 años, es el segundo de los "Ernesticos" y el decano de los que aún viven en Santa Clara.
Informático en el hospital pediátrico de la ciudad, el coleccionista de camisetas con la imagen del Che se acostumbró a ser reconocido, después de la publicación de artículos o la difusión de reportajes en la prensa oficial. Dice que "intentar estar a la altura" del Che a veces "puede ser un peso".
Una 'Celia' entre 'Ernesticos'
El Gobierno aprovecha para convocar a estos jóvenes regularmente para ceremonias oficiales en la provincia y se reúnen cada 14 de junio en los actos propagandísticos organizados en esa fecha.
"Tiene que ver con marcar el legado del Che en el tiempo, pero sobre todo contribuir a la formación de las nuevas generaciones desde los valores que ha dejado el Che en nuestra historia", declara a la AFP Felicia Lara, de la Universidad Pedagógica de Santa Clara.
Actualmente encargada del programa "Ernesticos", que coordina la universidad, Lara habla de "la importancia que tiene para los jóvenes incorporar las principales cualidades del guerrillero, como la honestidad y el humanismo", aunque precisa que "no se trata de exigirles lo imposible".
"Nunca hemos sido decepcionados por un Ernestico", subraya.
Por definición, todos los "Ernesticos" son varones, pero Lara recuerda cómo se vieron en aprietos hace 17 años, tras descubrir que un recién elegido tenía una hermana gemela. El dilema quedó resuelto cuando las autoridades eligieron y los padres aceptaron nombrarla Celia, en homenaje a Celia Sánchez, quien fuera la mano derecha de Fidel Castro fallecida en 1980.