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Venezuela

El chavismo elude referirse a la masacre que dejó 47 muertes en una cárcel

Una ONG descartó que el origen de este suceso haya sido un intento de fuga, como explicaron uniformados.

Madrid
Familiares de presos rezan a las puertas de la cárcel donde se cometió la masacre.
Familiares de presos rezan a las puertas de la cárcel donde se cometió la masacre. Reuters

Solamente funcionarios de segundo nivel se han referido a la masacre de presos ocurrida el sábado 2 de mayo en Venezuela. Para la jerarquía del chavismo e incluso para agentes del sistema de justicia, como la Fiscalía General, sencillamente este hecho parece no haber existido pese a que ha sido de los más graves en la historia venezolana: 47 reclusos perdieron la vida y otros 75 resultaron heridos.

El silencio de la Fiscalía General ha retumbado en Venezuela, así como la ausencia de la Defensoría del Pueblo. Ningún funcionario de alto nivel, tres días después del hecho, ha pronunciado la frase de rigor en estos casos. No, ni siquiera se han anunciado investigaciones para establecer responsabilidades.

La organización no gubernamental "Una ventana a la libertad", consultada por DIARIO DE CUBA, descartó que el origen de este suceso haya sido un intento de fuga como explicaron uniformados para justificar la matanza de reclusos. Se originó una protesta porque a los reclusos se le pusieron trabas para el ingreso de comida que era llevada por sus familiares.

Por la vía de los hechos, el sistema penitenciario venezolano no garantiza la alimentación de los detenidos, esta se la proveen las familias.

La experta en temas de nutrición, y Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos, Susana Raffalli, aseveró tras observar las fotos de los reclusos fallecidos, que sus cuerpos dejaban en evidencia signos de malnutrición, de hambre.

Citados por "Una ventana a la libertad", uno de los reclusos sobrevivientes y dos familiares de otros presos, confirmaron que el origen de este hecho es el hambre que padecen los presos de este centro penitenciario ubicado en la empobrecida ciudad de Guanare, en el estado Portuguesa, uno de los estados (provincias) más pobres de Venezuela.

"Lo que pasó en Guanare es un reflejo de las desastrosas condiciones carcelarias en Venezuela que las autoridades históricamente han ignorado.  En las cárceles venezolanas hay corrupción, hacinamiento, un altísimo porcentaje de presos en prisión preventiva, condiciones insalubres y hambre", sintetiza Tamara Taraciuk, subdirectora para las Américas de Human Rights Watch (HRW), al ser consultada por DIARIO DE CUBA.

"Esta es la primera masacre, en los últimos años, que estamos viendo en Venezuela que tiene como origen el hambre, la falta de alimentación de los reclusos", afirma a DIARIO DE CUBA el activista venezolano de Derechos Humanos Carlos Nieto, director de "Una Ventana a la Libertad".

El Centro Penitenciario de Los Llanos es conocido como Cepella, nombre dado por la unión de sus principales sílabas. Está en Guanare, capital del estado Portuguesa, en los vastos llanos venezolanos. Como todas las cárceles del país, permanece llena de reos, muy por encima de su capacidad. En vez de los 750 para los que fue construida, tiene 2.500.

"Como era esperable y es habitual la respuesta oficial ha sido lavarse las manos sobre su responsabilidad por no abordar estos problemas estructurales y por no investigar seriamente las decenas de muertes y heridos de este incidente", denuncia la subdirectora hemisférica de HRW.

De acuerdo con los testimonios que pudo recopilar in situ el Observatorio Venezolano de Prisiones, los heridos fueron trasladados al principal hospital de la ciudad, el Dr. Miguel Oráa, pero a este centro hospitalario no le alcanzaron los insumos médicos para atender a todos. Además, para poder realizar el levantamiento de los cadáveres, los forenses de Guanare pidieron a los familiares que les dieran lejía y jabón.

Organismos internacionales reaccionaron ante esta masacre. Tanto la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, así como el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, solicitaron por separado investigaciones independientes y exhaustivas para determinar las responsabilidades en este hecho.

Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió el martes investigar el motín de la cárcel de Guanare, además de otros disturbios en centros de reclusión de Colombia y Venezuela.

De las tres revueltas, la peor es la venezolana, con un saldo de entre 30 y 47 fallecidos. La colombiana dejó 23 reclusos muertos y la peruana, nueve.

Desde 1999, fecha en que el chavismo llegó al poder en Venezuela, todos los años ha habido motines en las cárceles. En total, han dejado más de 7.500 heridos y 18.000 heridos.

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