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Huracán Irma

Damnificados de Irma reprochan al Gobierno que venda en las tiendas en divisas los materiales que no hay para ellos

'¿Habrá que esperar a que el próximo huracán no deje rastro de mi casa?', se preguntan.

La Habana

Después de tres meses del paso devastador del huracán Irma por la Isla son muchos los damnificados que se quejan de que continúan soportando las afectaciones dejadas por el meteoro en sus viviendas. Varios lectores escribieron al periódico oficial Juventud Rebelde exponiendo su situación.

La sección Acuse de Recibo del diario estatal recoge los que denomina "casos pendientes", ejemplo de lo que sufren cientos de perjudicados por Irma a lo largo y ancho del país.

La vivienda de Amado Pimentel (calle D, No. 410, entre 18 y 20, reparto Guernica, Camagüey) tuvo daños parciales por el ciclón. Él no había sido incluido entre los afectados. Solo tras gestiones que hizo con la delegada de la circunscripción y el Puesto de Mando del Consejo de Defensa, lo visitaron e hicieron la evaluación de las afectaciones.

Según cuenta, ya con los documentos para la asignación de los materiales, le dijeron que fuera al punto de venta. Él había optado por el pago en efectivo para reducir trámites. Sin embargo, cuando fue, "salvo arena y puntillas, nada había".

Pimentel cuestiona lo sucedido y esgrime que el Estado declaró "prioridad absoluta" a los damnificados. "¿Por qué se vende cemento en la red comercial en CUC cuando somos tantos los que no hemos podido reparar y necesitamos solo unos sacos? ¿Por qué facilitar que inescrupulosos hagan listas de turnos por los que cobran sumas de dinero, para comprar cemento y revenderlo?".

El hombre se queja de "que algunos construyan cochiqueras con techos de hormigón y hagan muros en las entradas de sus 'modestas' casas", mientras los perjudicados reciben como respuesta que sigan esperando.

"Lo que pasa en Camagüey merece un rápido análisis y la más rápida rectificación", demanda.

Material solo en manos del Estado

Por su parte, Hallen Boffil (edificio 9, apto. 29, Yaguajay, Sancti Spíritus) lamenta que esa localidad la permeabilidad de muchos edificios dañados en sus cubiertas no avanza.

Los afectados indagaron en el Gobierno, el Partido y la Dirección de Vivienda en el municipio, y las respuestas son variadas: "No hay pegamento en la provincia, es importado y no se sabe cuándo se pueda adquirir, o no hay suficiente material", explica a JR.

Dice que priman "la incertidumbre, la falta de comunicación e información en los encargados de Atención a la Población a la hora de responder. Mientras, los afectados se desesperan al ver que en sus casas llueve tanto adentro como afuera".

"Hablo de algo que solo el Estado puede resolver, pues los impermeabilizantes de techos son estrictamente de su uso, y ningún ciudadano tiene acceso a ellos, al menos en las tiendas minoristas del municipio de Yaguajay", concluye.

No hay madera

Otro caso que recoge el medio oficial es el de Flor Mercedes Cepero (calle Real 22, entre San Antonio y Moré, Cojímar, La Habana). Su casa, propuesta como Patrimonio de la localidad, data de los años 20 del siglo XX, y ha soportado muchos fenómenos naturales, con techo de madera y papel de techo. Pero Irma le tumbó el falso techo de tres habitaciones.

El 24 de septiembre ella fue a la sede del Consejo Popular y vio al jefe de Planificación Física, quien visitó la casa y le hizo fotos. El 25, después de un aguacero y de ver que el agua corría, volvió al Consejo Popular. El jefe de Planificación Física mandó a calcular los materiales requeridos.

"Pero parece que para mí no hay solución porque no hay madera", afirma.

El 3 de octubre le dieron los papeles con el crédito bancario por 13.000 pesos para madera, papel de techo, puntillas y luminarias. Sin embargo, a su rastro nunca ha llegado madera. El 23 de octubre le dieron las luminarias, pero nada de papel, puntillas y mucho menos madera.

Volvió al Consejo Popular para pedir subsidio y transformar su casa. Sin embargo, los técnicos le dijeron que no hiciera nada más, su caso estaba en manos de las autoridades, que debían ir a su casa y ella mostrar los daños.

"Todavía espero la visita", señala.

"Tenemos mantas de nailon que duran poco para amortiguar el agua cuando llueve. Nos mojamos bastante. Mi papá tiene 87 años y padece de insuficiencia cardiaca. Necesita oxígeno y la humedad le es fatal. Tuvimos que darle a nuestra hija el cuarto porque el de ella lo dañó el huracán, y acomodarnos en el cuarto de desahogo, que también se filtra", enumera.

"¿Habrá que esperar a que el próximo huracán no deje rastro de mi casa? ¿Es tan difícil adquirir la madera para estos casos? ¿Es tan difícil conservar una casa propuesta para Patrimonio, orgullo de la familia y de Cojímar, que tiene una linda historia y es referencia de telenovelas y películas? Necesito que me den la posibilidad de sentirme segura y conservar su estructura; o el subsidio para transformarla", se pregunta.

A principios de este mes, La Habana recibió 600 toneladas de madera de Nicaragua, según informó la estatal ACN, para reparar inmuebles afectados por Irma. En el acto de entrega, Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX) el Estado "carecía de madera suficiente para cubrir todas las necesidades" dejadas por el ciclón.

Mientras personas como estas sufren situaciones similares, el Gobierno anunció recientemente que destinaría 200 millones de dólares para la recuperación del sector estatal y los inversores extranjeros.

Entre el 8 y el 10 de septiembre pasados, el poderoso huracán Irma azotó el litoral cubano de este a oeste. Afectó a 13 de las 15 provincias de la Isla y provocó diez muertos.

El ciclón dejó daños en al menos 158.554 viviendas, según datos preliminares de la Oficina Nacional de Estadísticas publicados a finales de septiembre.

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