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Política

EEUU inaugura una embajada de facto en Taiwán

Pekín dice que es una amenaza a 'la paz y la estabilidad'.

Pekín

Estados Unidos inauguró este martes en Taiwán una embajada de facto, en ausencia de lazos diplomáticos oficiales, lo que simboliza la importancia de las relaciones bilaterales en un momento en el que tanto Washington como Taipei afrontan fuertes tensiones con China, reporta EFE.

Al acto asistieron la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el primer ministro, William Lai, en un momento en el que Pekín ha intensificado su cerco internacional sobre la isla.

La nueva embajada de facto se llama oficialmente Instituto Americano en Taiwán (IAT), ha costado unos 250 millones de dólares y albergará a más de 500 empleados en sus 6,5 hectáreas de extensión, que estarán protegidas, según algunas fuentes, por marines estadounidenses.

"La amistad entre Taiwán y Estados Unidos nunca ha sido más prometedora", dijo la presidenta Tsai durante la inauguración. Añadió que se trata de "la declaración más sólida posible sobre la salud de los lazos (...) y el reflejo de una profunda amistad y valores compartidos".

El presidente del IAT, James Moriarty, calificó la inauguración de la sede de representación como un "símbolo importante del compromiso entre Estados Unidos y Taiwán".

Preguntado al respecto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, manifestó la preocupación de Pekín y recordó que ya han presentado una queja formal ante Estados Unidos por su relación con Taiwán.

"Pedimos a Estados Unidos que corrija sus malas acciones para evitar dañar las relaciones entre China y Estados Unidos y la paz y la estabilidad", afirmó en rueda de prensa el portavoz. Señaló que la asistencia de representantes estadounidenses a la inauguración puede suponer una interferencia en los asuntos internos de China.

Por la parte estadounidense, asistieron la secretaria adjunta de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado, Marie Royce, y el congresista Gregg Harper, entre otros.

La delegación estadounidense ha sido de bajo nivel debido a la coincidencia con la cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el dictador norcoreano, Kim Jong-un, que se celebró en Singapur, y a las protestas de China, que defiende que Taiwán es parte inseparable de su territorio.

Trump ha protagonizado un acercamiento a Taiwán, con una conversación telefónica en 2016 con la presidenta, la venta de armas y una ley que puso fin a las restricciones a los viajes oficiales entre altos funcionarios estadounidenses y taiwaneses.

Sin embargo, Washington querría evitar un enfrentamiento directo con Pekín, ya que necesita de su colaboración para avanzar hacia la desnuclearización de Corea del Norte y seguir con las negociaciones para evitar una guerra comercial entre las dos potencias.

Taiwán, por su parte, ante la creciente intimidación militar y diplomática de China, ha prometido a Estados Unidos una estrecha cooperación en su iniciativa por un Indo-Pacífico Libre, y se ha acercado más a Washington en busca de protección y apoyo.

Mientras, China sigue con su estrategia de aislamiento a la isla por las malas relaciones del régimen comunista con el gobierno de la independentista Tsai Ing-wen, que también ha tenido como consecuencia el "robo" por parte de Pekín de tres aliados diplomáticos de Taipei: Panamá, Burkina Faso y República Dominicana.

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