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Política

El verdadero camino para una migración ordenada y segura

Desapareció la política pies secos-pies mojados y, sin embargo, la emigración a EEUU en 2017 se mantuvo en más del tercio del año anterior.

La Habana

Una nota publicada en Granma el pasado 12 de enero, con el título "El camino para una migración ordenada y segura", evalúa los resultados de la aplicación de la Declaración Conjunta Cuba-EEUU, de hace un año, sobre acuerdos migratorios.

Después de valorar positivamente el impacto de dicha declaración en la disminución ostensible del flujo migratorio irregular y considerarla un  "importante paso en el avance de las relaciones bilaterales (...) dirigido a garantizar una migración regular, segura y ordenada", la nota cita cifras del Departamento de Estado de EEUU al respecto, según las cuales "se ha reducido el flujo total de la inmigración procedente de Cuba en 64% con respecto al año fiscal 2016 (41.523 cubanos que cruzaron la frontera con México en el 2016, en el 2017 solo 15.135) y el número de migrantes irregulares interceptados en el mar disminuyó en un 71%".

Un análisis simple de los datos indican que, a pesar de la desaparición de la política pies secos-pies mojados, acusada de ser la causante principal del flujo migratorio hacia EEUU, el mismo se mantuvo en un 34% en 2017 (más de un tercio), respecto al año fiscal 2016, y el número de inmigrantes irregulares interceptados en el mar se mantuvo en un 29%, una cifra también cercana al tercio.

Y habría que considerar que, además de los que han logrado entrar a EEUU o han puesta proa al norte en 2017, otros varios miles de cubanos han salido con otros destinos inmediatos, hacia América del Sur o Europa.

El Gobierno de Raúl Castro acaba de informar que 11.176 cubanos se repatriaron en 2017, pero no aclara cuántos de esos regresaron a Cuba porque se les impidió seguir hacia EEUU.

El 17 de enero del 2017, poco después de la eliminación de la política pies secos-pies mojados, en este mismo diario se publicó: "La derogación de la política de pies secos-pies mojados, destinada a parar el éxodo de cubanos hacia EEUU, deberá disminuirlo, pero difícilmente lo elimine mientras persista la causa principal que lo genera: el régimen de capitalismo monopolista de Estado, todo abigarrado y monopartidista, impuesto, en nombre de un socialismo que nunca ha existido".

De manera que, transcurrido un año, se ha comprobado que, efectivamente, a pesar de aquella decisión del presidente Obama, hubo una disminución de la emigración cubana pero esta ha persistido como ha podido, sencillamente porque la causa principal de su origen sigue intacta: el sistema político económico impuesto en Cuba por el castrismo.

Y en todo caso pudiera decirse que en 2017 hubo una  regresión en las modestísimas reformas raulistas en todos los sentidos, porque lo mismo ha aumentado la represión contra la oposición, la disidencia y el periodismo independiente, que se han incrementado las presiones y regulaciones contra el trabajo privado y el cooperativo, que han llegado el cierre arbitrario de empresas exitosas de ambos tipos, sujetas a investigación "por corrupción".

Sin embargo, en la nota de Granma vuelve a acusarse a EEUU y a su Ley de Ajuste, como los causantes del problema. El imperialismo siempre cargó y cargará con las culpas.

El verdadero camino para una migración ordenada y segura no está en exigir a otros países que cambien sus políticas migratorias, sino en enfrentar sus problemas internos y tomar medidas políticas y económicas para tratar de evitar que la gente no tenga que salir huyendo de la represión o para mejorar sus condiciones de vida.

No son necesarias muchas medidas; bastaría con tres:

  • Cese toda represión contra el pensamiento diferente.
  • Decrétese la libertad de expresión, asociación y elección.
  • Elimínense todas las trabas al trabajo privado y cooperativo.

Y, desde luego, codifíquense en leyes que después nadie pueda violar so pena de prisión.

Estas tres medidas son insuficientes para hacer realidad la solución de los graves problemas de la sociedad cubana, pero serían capaces de generar seguridad y tranquilidad para la gente en Cuba y sus negocios, sin sobresaltos sobre su futuro, para que la economía y las condiciones de vida de la población avancen en muy corto tiempo.

Estas medidas podrían generar también otras que vayan abriendo espacios de vida cotidianos donde las relaciones laborales, de intercambio, distribución y consumo vayan cambiando sin sobresaltos y allanando el camino a otros cambios importantes.

Las presiones internacionales disminuirían,  la gente no tendría que estar huyendo por pensar y escribir diferente, los cubanos podrían mejorar sus condiciones de vida, la juventud se quedaría y procrearía más, el mercado interno y externo aumentarían junto a la capacidad adquisitiva de los trabajadores, la gente pagaría los impuestos gustosos, se generaría mucho empleo y crecería el sector asociativo de la sociedad con sus influencias positivas en su entorno.

Sí, es mucho pedir a un régimen que solo está interesado en el mantenimiento de su poder. Pero si quieren seguir un rato más "disfrutando las mieles",  es lo mejor que pueden hacer porque ese sistema no aguanta más y es preferible  que se desmonte por pasos, lo más rápido posible, a que implosione con violencia.

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