Otro grupo de diez emigrantes cubanos fueron deportados el sábado a Cuba desde Panamá luego de que el Gobierno de ese país aplazara temporalmente el proceso en septiembre tras el paso del huracán Irma por la Isla, confirmó a Martí Noticias, Víctor Berrío, director ejecutivo de Cáritas Panamá.
Berrío precisó que el grupo de deportados estaba compuesto por siete hombres, dos mujeres y un niño y recordó que anteriormente viajó a la Isla, como parte de la llamada Operación Retorno, el matrimonio integrado por Yudith Felizola y su esposo Julio.
A los cubanos que retornan voluntariamente, las autoridades panameñas han prometido otorgarles un capital de 1.600 dólares y una visa de entrada múltiple a Panamá, a tramitarse en el consulado de ese país en La Habana.
Según el diácono, al matrimonio de cubanos "se le cumplió con el tema del dinero y se le ha cumplido también con el tema de la visa" y tenía entendido que "ya la embajada (de Panamá en Cuba) les ha comunicado que pueden pasar a recoger sus respectivas visas".
El Gobierno panameño tiene previsto finalizar las deportaciones en las próximas cuatro semanas. Cuando termine el proceso "ya no quedará nadie en el albergue", dijo Berrío citando declaraciones del viceministro de Seguridad Pública, Jonathan del Rosario.
Del Rosario señaló que en base a un acuerdo de deportación bilateral suscrito en febrero pasado con el Gobierno de La Habana, cualquier isleño que sea detenido con un estatus irregular en el país será deportado.
Los cubanos habían sido informados de que serían deportados en pequeños grupos de diez o menos, un proceso que demoraría meses. Algunos no han aguantado la espera, y han decidido marcharse del campamento en busca de una mejor solución a su caso.
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Alexis Bethancourt, dijo este fin de semana que que 50 emigrantes cubanos que se encuentran en el albergue del distrito de Gualaca, en la provincia de Chiriquí, se habían acogido a la repatriación voluntaria.