Back to top
Sociedad

Un empresario panameño lleva más de un año preso en Cuba sin juicio

Nessin Abadi fue arrestado alrededor de agosto del año pasado.

Miami

El empresario panameño Nessin Abadi lleva más de un año encarcelado en Cuba sin juicio ni acusación formal, en lo que algunos describen como un caso de corrupción y otros como un intento de La Habana de no cumplir con sus deudas, informa el diario miamense El Nuevo Herald.

Abadi, de unos 73 años y dueño de la gran cadena de tiendas de artículos electrónicos Audiofoto, fue arrestado alrededor de agosto del año pasado, según amigos y contactos de negocios en Panamá citados por la publicación.

Sus familiares han mantenido el caso fuera de los medios de prensa por temor a que el Gobierno cubano tome represalia contra él, dijeron las fuentes.

El diario indicó que, no obstante, documentos públicos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá muestran que el viceministro Vladimir Franco habló sobre "el caso de Nessin Abadi" con el canciller cubano Bruno Rodríguez, durante un viaje a La Habana entre el 7 y el 8 de octubre.

Abadi, miembro de una numerosa familia de judíos sirios que emigraron a Panamá a principios del siglo XX, vendió durante años artículos electrónicos hechos en Asia, así como equipos electrodomésticos, al Gobierno cubano, desde la Zona Libre de Colón (ZLC), libre de impuestos.

Según las fuentes citadas por El Nuevo Herald, ha estado detenido en varias casas del Ministerio del Interior en La Habana y en una prisión, y ha sido interrogado casi a diario, pero no acusado formalmente.

Funcionarios cubanos dijeron a sus familiares, durante los pocos contactos que les han permitido, que Abadi es sospechoso de corrupción, añadieron las fuentes.

El Gobierno de Raúl Castro ha encarcelado por lo menos a una docena de empresarios extranjeros en los últimos años, en lo que ha descrito como una campaña contra la corrupción.

Pero empresarios de ZLC especularon que La Habana habría arrestado a Abadi para evitar pagar la deuda que tiene con él y, de paso, enviar un mensaje a sus demás acreedores en Panamá.

"Se está haciendo cada vez más y más difícil cobrar lo que Cuba debe", dijo un empresario panameño. "En Cuba no existe la ley. Estos inversionistas internacionales cumplieron con la utilidad de su propósito, y ahora el Gobierno los está quemando", añadió.

Unos sí, otros no

Un argumento similar utilizó recientemente Stephen Purvis, un empresario británico que pasó 15 meses en las cárceles de la Isla y ya regresó a su país.

En una carta a la revista británica The Economist, Purvis dijo que conoció a muchos empresarios extranjeros en la cárcel.

Pocos de esos casos "han sido reportados en la prensa, y hay muchos más en el sistema de lo que se conoce", escribió Purvis. Añadió que los empresarios evitan hablar con la prensa mientras su proceso está en marcha.

Opinó que La Habana está atacando a determinados empresarios para abrir paso a negocios con otros países que están en mejor sintonía política con el régimen, y que probablemente no presionarían tanto para que les paguen las deudas.

Los empresarios encarcelados son de varios países, pero "los representantes de Brasil, Venezuela y China brillan por su ausencia", escribió a The Economist.

"Las razones por las que se persigue activa y agresivamente a los negocios extranjeros son mucho más complicadas", dijo Purvis. "¿Por qué, por ejemplo, está en la cárcel el representante de (la compañía telefónica sueca) Ericsson por llevar a cabo exactamente las mismas actividades que su competidor chino, quien no lo está?", razonó.

"Hasta que se revisen las leyes relacionadas con la inversión y el comercio extranjeros, y el servicio de seguridad cambie su modus operandi para hacer cumplir estas leyes, Cuba seguirá siendo un lugar extremadamente riesgoso para… los negocios extranjeros", advirtió.

Purvis era director de operaciones de Coral Capital, una firma británica que invirtió en hoteles y en importación de automóviles y planeaba un club de golf en la Isla. Fue puesto en libertad junto con su compatriota Amado Fakhre, quien era el director ejecutivo de la compañía.

El canadiense Sarkis Yacoubian fue sentenciado a nueve años de cárcel en junio, a pesar de que cooperó con las autoridades dándoles detalles sobre una red de corrupción en la que cayeron además varios funcionarios del Gobierno. Su primo y socio comercial, Krikor Bayassalian, ciudadano libanés, fue condenado a cuatro años de cárcel.

Esperando todavía cargos oficiales y juicio desde 2011 está otro canadiense, Cy Tokmakjian, quien lo mismo que Yacoubian vendió equipos de transporte y otros al Gobierno cubano.

Archivado en

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.