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Violencia

El rastro de sangre tras los carnavales de Santiago de Cuba

Son tradicionales los ajustes de cuentas en esas fiestas. Los involucrados, como víctimas o victimarios, son con frecuencia jóvenes y adolescentes.

Santiago de Cuba
Santiago de Cuba en los carnavales de 2019.
Santiago de Cuba en los carnavales de 2019. DDC

No había arrancado aún el "Rumbón Mayor", como se denomina popularmente a los carnavales en Santiago de Cuba, y ya habían comenzado los hechos de sangre. En la primera quincena de julio, cuando se celebró el carnaval infantil y hubo invasiones congueras por toda la ciudad, empezó la violencia.

Y es que son tradicionales los ajustes de cuentas en este período, y con la venta masiva de bebidas alcohólicas se desatan la riñas.

"Apenas ponen un termo de cerveza y el dichoso reguetón, y comienza el 'coliseo'", criticó Geovanis Ferrera, vecino de la avenida Martí, una de las arterias que estuvieron cerradas para las fiestas, junto a las avenidas Céspedes, del reparto Sueño, Santa Úrsula y Trocha.

En el barrio Micro 7, del distrito José Martí, entre los días 12, 13 y 23 de julio ocurrieron hechos de sangre, entre ellos homicidios en los cuales los implicados fueron jóvenes y menores de edad, como víctimas o victimarios.

Según vecinos, miembros de pandillas juveniles protagonizaron muchos de estos actos. Algunos señalaron que en las áreas en la que este año se expendieron bebidas alcohólicas, años atrás solo se vendían refrescos, sirope y otros productos adecuados para el evento infantil.

Una de las víctimas, halladas en Micro 7 el 11 de julio, fue apuñalada presuntamente por un adolescente de 15 años llamado José, jefe de la pandilla los "Trescienticos".

Un hermano de José dijo que el fallecido "estaba bebiendo desde por la tarde y buscando problemas".

"Ya en la noche se metió con José y lo empujó. José lo amenazó y él quiso golpearlo con un bate, por lo que mi hermano, que estaba armado, le dio siete puñaladas. Ahora esta detenido en menores", relató.

Otra víctima fue Adrián Cabado Masa, de 29 años de edad, ultimado en la tarde-noche del 12 de julio, durante la "Invasión de Los Hoyos", tras una riña con alias el "Pocho." Según amigos del fallecido, el conflicto fue producto de una vieja rencilla entre el Pocho y Damián, hermano del muerto.

Pocho primeramente había tenido desavenencias con Damián y, como resultado de dicho conflicto, los padres de ambos sostuvieron una conversación para que los acontecimientos no escalaran, aseveró una de las fuentes .

Sin embargo, cuando la conga realizaba su habitual peregrinaje por el día de San Pedro, entre Damián y Pocho resurgieron los problemas, destacó. "Adrián violó el acuerdo de paz cuando propinó una bofetada a 'Pocho' y que este, sin decir media palabra, fue discretamente a su casa, se armó, y momentos más tarde sorprendió a Adrián pinchándole el pecho con una lima con punta, ocasionándole la muerte horas después".

Frank Camilo, de 33 años de edad, alias "El Turco", fue otra de las víctimas fatales de los días de este carnaval. Fuentes cercanas aseguraron a DDC que alias "El Turco" era un abusador que se dedicaba a quitarle los productos del agro a los campesinos y a los revendedores.

Los acontecimientos tuvieron lugar en la medianoche del 23 de julio, cuando una de las personas en conflicto con él lo sorprendió y le dio varias puñaladas dejándolo sin vida en el lugar, dijeron las fuentes.

Los carnavales santiagueros, recientemente declarados Patrimonio Cultural de la Nación terminaron el 27 de julio en una edición deslucida. Según el semanario local Sierra Maestra, faltaron adornos y luces. A esto se sumó la baja presencia de los particulares, que tenían que ajustarse a los precios topados por el Estado.

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