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BRASIL

Lula enfrenta su destino judicial

Dos de los tres jueces ratifican la condena contra el expresidente por corrupción.

Brasilia

Dos de los tres jueces brasileños que consideran una apelación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva votaron este miércoles en la mañana por mantener la condena por corrupción, lo que probablemente deje al político izquierdista fuera de las elecciones presidenciales de este año, informa Reuters.

Dos de los tres jueces ratificaron la condena por corrupción contra el expresidente y el tercer juez del panel se aprestaba a votar más tarde el miércoles, pero una mayoría simple era suficiente para confirmar la condena del juez de primera instancia Sergio Moro, emitida en julio.

El juez del tribunal de apelaciones Pedro Gebran desestimó los argumentos de los abogados defensores de que la condena por recibir un soborno y lavado de dinero carecía de pruebas y estaba motivada políticamente.

El instructor del juicio en segunda instancia que enfrenta Lula pidió este miércoles aumentar a 12 años y un mes la pena de nueve años y medio dictada contra el expresidente brasileño en primera instancia, reporta EFE.

"Hay prueba, encima de lo razonable, de que Lula fue uno de los articuladores, si no el principal, de la trama de corrupción" que operó en la estatal Petrobras, afirmó el juez Joao Pedro Gebran Neto, instructor del caso en el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4) de la ciudad de Porto Alegre.

"Considero que la culpabilidad es extremadamente elevada tratándose del expresidente", justificó el magistrado y agregó que la "gravedad" de los delitos cometidos exige una "pena mayor".

En esta causa, una de las siete abiertas en su contra en la Justicia, la mayoría por presunta corrupción, Lula fue condenado por recibir de la constructora OAS un apartamento de lujo en el balneario paulista de Guarujá supuestamente a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera.

En su alegación, de cerca de 430 páginas y que se prolongó durante más de tres horas, el juez manifestó que los argumentos, tomados de manera aislada, "pueden parecer frágiles", pero en conjunto, con otras pruebas, hacen "posible confirmar" los delitos.

El magistrado defendió la "cristalina comprobación" de la influencia del expresidente para nombrar a cargos en Petrobras y la conciencia de este de la "sofisticada" trama corrupta.

El juicio, transmitido en directo por su "excepcionalidad", puede ser determinante para el futuro de Lula porque si se mantiene la condena, el exmandatario, que favorito en las encuestas de intención de voto, podría quedar inhabilitado para competir en las elecciones del próximo octubre, aunque la decisión final correspondería entonces a la Justicia electoral.

Decenas de miles de partidarios han protestado en las calles de Porto Alegre contra lo que ven como una persecución política al ícono de la izquierda brasileña, quien fue condenado en primera instancia por el juez Sergio Moro.

Lula, de 72 años, fue condenado en julio de 2017 a nueve años y medio de prisión por aceptar 3,7 millones de reales (1,18 millones de dólares) en sobornos de la firma de ingeniería OAS. El caso involucra un apartamento en el balneario de Guarujá.

"Lamentablemente, Lula se corrompió", dijo durante el juicio del miércoles el fiscal del Ministerio Público Mauricio Gerum, quien agregó que es difícil imaginar que un sistema de drenaje de los cofres de la petrolera haya ocurrido sin que el entonces presidente de la república lo supiera.

Lula, el primer presidente de la clase trabajadora de Brasil, gobernó el país entre 2003 y 2010.

En caso de que Lula pierda el recurso, el exmandatario podría apelar ante tribunales superiores para retrasar una decisión final y evitar ir a la cárcel.

"Estoy extremadamente tranquilo y consciente de que no cometí ningún crimen", dijo Lula la mañana del miércoles en su cuenta de Twitter.

La exclusión de Lula de las elecciones cambiaría radicalmente el panorama político antes de una campaña en la que es el favorito, con el 36% de las preferencias, según Datafolha. Eso es el doble del porcentaje de su rival más cercano, el legislador de extrema derecha Jair Bolsonaro, cuya campaña se ha visto impulsada por el sentimiento antiLula.

Lula acusó a sus enemigos de intentar sacarlo de la arena política, tal como a su juicio lo hicieron en 2016 con susucesora Dilma Rousseff, cuya salida del Gobierno puso fin a 13 años en el poder del Partido de los Trabajadores.

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