Funcionarios de Estados Unidos y Cuba abordaron este viernes en una reunión en Washington los presuntos "ataques acústicos" sufridos en la Isla por al menos 21 diplomáticos estadounidenses, según informó la Casa Blanca en un comunicado citado por EFE.
Ambas delegaciones gubernamentales hablaron sobre estos incidentes en la tercera reunión de su diálogo formal sobre justicia, en el que también abordaron los fugitivos estadounidenses que viven en Cuba o la situación de los cubanos con orden de deportación en EEUU.
"Las delegaciones también hablaron sobre los incidentes que han afectado al personal diplomático en la embajada de EEUU en La Habana", agregó la Casa Blanca.
La delegación estadounidense estuvo formada por el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri; el subsecretario adjunto de Justicia, Bruce Swartz: y el subsecretario adjunto de Seguridad Nacional par el Orden Público, Justin Matthes.
El bando cubano lo encabezaron el director de Temas Bilaterales para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Yuri Gala López; y el viceasesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, Abel González Santamaría.
De acuerdo con una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), en la reunión se abordaron temas como el terrorismo, el tráfico ilícito de drogas y personas, y los ciberdelitos.
El Departamento de Estado de EEUU informó a principios de agosto que su misión en la embajada de La Habana había experimentado síntomas físicos causados por "incidentes" no especificados que comenzaron a finales de 2016. Y a principios de septiembre notificó más "incidentes" de este estilo que tuvieron lugar en agosto.
Aunque Estados Unidos no culpa por ahora al Gobierno cubano de causar el incidente, sí decidió expulsar en mayo a dos diplomáticos de la Embajada de Cuba en Washington, porque considera que La Habana no cumplió adecuadamente su obligación de proteger al personal estadounidense en la Isla.
Una fuente identifica a estos funcionarios como Frank Silva Hernández y Joel Lago Oliva, y dice que pertenecen a la Inteligencia de La Habana.
El general Raúl Castro en una inusual conversación cara a cara con el embajador Jeffrey DeLaurentis dijo que estaba igual de perplejo por lo sucedido y negó personalmente cualquier responsabilidad de su Gobierno.
Este viernes un grupo de senadores pidieron a Washington tomar medidas contra La Habana por estos ataques y sugirieron expulsar a los representantes cubanos de EEUU o incluso cerrar la embajada en la capital cubana.
Sobre estos incidentes, poco se sabe hasta ahora: lugares donde tuvieron lugar los ataques (las residencias de los funcionarios y el Hotel Capri), un número de afectados (que comenzó siendo menos de una decena pero que ya ha llegado hasta la veintena: 21 estadounidenses y cinco canadienses), presuntas afectaciones médicas como daño cerebral y pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.