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Venezuela

El transporte en Venezuela recuerda al de Cuba en el 'Período Especial'

Los transportistas hablan de 'caos total'. Maduro achaca la situación a 'sabotajes' para 'molestar al pueblo'.

Caracas

Los venezolanos han visto en los últimos cinco años el descalabro del sistema de transporte del país, afectado por el encarecimiento y escasez de repuestos, así como por la falta de inversión por parte del Estado, cuyas líneas se han visto sobrepasadas, reporta EFE.

Esta crisis obliga a cientos de usuarios a efectuar largas caminatas o a subir en las llamadas "perreras", que están tomando el relevo ante la escasez de autobuses.

La escena se repite cada día en casi todas las ciudades de Venezuela desde finales del año pasado, cuando el país entró en hiperinflación y se agudizó la crisis económica, que se traduce en una severa pérdida del poder de compra, escasez de bienes básicos y medicinas así como de autopartes, el talón de Aquiles del sector del transporte.

"Lo más difícil es volver a casa (…) también he faltado al trabajo porque espero durante horas en cola y (los ómnibus) no llegan", dijo a EFE Luisa Peña, una empleada bancaria de 27 años, en una abarrotada parada de La Yaguara, en el oeste de Caracas.

Peña reside en El Junquito, una barriada popular que serpentea una montaña que colinda con los estados Vargas y Aragua.

Después de horas de esperar el transporte, Peña decidió subir a una "perrera", un camión de carga sin los mínimos de seguridad para la movilización de pasajeros, que pertenece a la Alcaldía de Caracas, controlada por el chavismo gobernante.

Casi medio centenar de personas, apretujadas unas contra otras, subió al camión, sin puertas en la zona de carga.

Cerca, otro grupo de personas decidió hacer autostop, por temor a subir a un camión sin puertas que debe reptar una montaña.

"Todos los días es lo mismo, es el caos", dijo a EFE Jesús García, un empleado gubernamental de 59 años. Añadió que no siempre consigue un aventón, pero que en esos casos prefiere esperar por el autobús, aunque llegue muy tarde a casa.

"Porque tomar un taxi es imposible, los salarios no dan (para costearlo)", aseguró.

La situación del transporte que padecen los venezolanos recuerda la que vivieron los cubanos durante el llamado Período Especial, el eufemismo que creó el Gobierno de la Isla para referirse al recrudecimiento de la crisis económica durante los años 90 del siglo pasado.

En Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo, el salario mínimo por mes supera por poco los 2,5 millones de bolívares —casi 32 dólares a la tasa de cambio oficial—, mientras que un servicio de taxi puede costar hasta dos veces esa cifra, según el trayecto.

En otro punto del oeste caraqueño, en La Hoyada, las "perreras" estatales y las conducidas por particulares también pueden verse, aunque el proceso para abordarlas está más organizado.

La mayoría de las rutas del oeste capitalino, incluida La Hoyada, estaban cubiertas por la empresa Colectivos del Norte, una línea que contaba con 80 unidades, pero ahora solo tiene dos, debido a la falta de piezas de repuestos.

El garaje de la empresa está repleto de vetustas unidades Mercedes Benz, cuyos repuestos llegaban directamente desde Alemania en barcos.

Los autobuses de Colectivos del Norte abandonaron las líneas de producción hace 46 años, pero al menos un tercio de los que están dañados podrían volver al trabajo si hubiera repuestos.

"Queremos trabajar, llevar el sustento a la casa ¿Quién no? Tenemos fe de que esto pueda cambiar", dijo a EFE Luis Bolaños, de 45 años, y administrador de la compañía.

Bolaños sabe que la estabilidad laboral de los que aún trabajan en la empresa pende de un hilo, al tiempo que reconoce que la actualización de la flota debió darse años atrás.

"Pero el costo del pasaje siempre estaba regulado, las ganancias de la empresa eran mínimas", explicó.

De acuerdo con el Comando Intergremial de Transporte, al menos el 90% las 300.000 unidades que cubrían las diversas rutas del país están en "paro técnico" debido a los elevados costos de algunos repuestos y a la falta de otros.

"Un caucho puede llegar a costar fácilmente 1.000 millones de bolívares (12.500 dólares a la tasa de cambio oficial) y el (servicio) carro no los produce", explicó José Luis Trocel, secretario del ente que agrupa a los transportistas.

Para Trocel, el transporte público venezolano llegó al "colapso total" por causa del déficit de unidades, un fenómeno que inició en 2015 y que en los últimos meses alcanzó niveles críticos.

"Hay un caos", dijo categórico.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha dicho en los últimos días que el sistema de transporte del país está siendo saboteado, y que algunas unidades están paradas porque los choferes aceptan dinero a cambio de no trabajar para "molestar al pueblo".

Maduro, un exsindicalista que es presentado por el oficialismo como "conductor de victorias" por su pasado como chofer de Metrobús, una de las empresas estatales de transporte más grandes del país, pidió además a su gabinete que el sistema de transporte sea revisado y reestructurado.

Pero para el administrador de Colectivos del Norte los dichos del presidente constituyen "una burla" al sector, que padece como todo el país las consecuencias de una grave crisis en la que escasea hasta el efectivo y que obliga a los venezolanos a caminar a todas partes, o a subirse a las "perreras".

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