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Censura

Peppa Pig cae en el saco de la censura en China junto a Winnie The Pooh

Así ven los censores del Partido Comunista a la cerdita rosada que tanto ha cautivado al público infantil.

Madrid

Una plataforma de internet en China censuró los dibujos animados británicos Peppa Pig, y varios medios estatales critican la "adicción" del público infantil, las derivas comerciales en torno al personaje y su transformación en un ícono "subversivo" de una juventud "ociosa" y antisocial, reportó la AFP.

Al menos 30.000 episodios de Peppa Pig, cuya heroína es una traviesa cerdita rosada, fueron retiradas de la popular plataforma de vídeos Douyin, y la etiqueta #PeppaPig fue prohibida, informó el lunes el diario oficial Global Times.

Según un documento citado por el periódico, del que la AFP no pudo verificar la autenticidad, el animado infantil de la BBC forma parte de una lista de contenidos censurados por Douyin en la que también aparecen los hombres travestidos, los desnudos excesivos y "los comportamientos eróticos".

Peppa Pig, que llegó a China en los años 2000, se hizo tremendamente popular gracias a los capítulos doblados al mandarín.

Sin embargo, ese fervor se intensificó a finales de 2017 entre un público de jóvenes adultos, con la multiplicación de selfis de internautas, incluidas algunas estrellas, con calcomanías de Peppa Pig. También se extendieron los objetos derivados de la serie, como tazas, relojes o ropa con la cara de la cerdita.

'Saltar en los charcos'

El Diario del Pueblo, portavoz del Partido Comunista en el poder, denunció el jueves pasado los efectos perversos de una "comercialización" de Peppa Pig, que las estrellas de la red muestran hasta la saciedad.

"Muchos escolares intentan diferenciarse compitiendo con sus relojes y accesorios de Peppa Pig", para beneficio de los "fabricantes de falsificaciones", alertó la publicación.

El Global Times se refería el lunes también a esta "adicción" de los niños, lo que lleva a algunos a "gruñir y saltar en los charcos".

Otro lado oscuro del éxito de Peppa Pig, según denunciaba en enero el Global Times, era la propagación de episodios falsos, memes y parodias de humor negro o directamente pornográficas.

El mismo diario insistía en esa idea el lunes, al señalar que la inocente cerdita "se convirtió en un ícono para la subcultura" de una juventud "hostil a los valores de la cultura dominante, a menudo poco educada y sin trabajo estable", "ociosa", "en las antípodas de la juventud que desea cultivar el Partido".

Peppa Pig "dio un giro subversivo" y su popularidad "viral" ilustra "una sed de novedades y de sátira susceptible de perjudicar la moral de la sociedad", afirma el diario.

Este nuevo apretón de tuercas se inscribe en la ola de represión lanzada por el régimen comunista para librar a internet de todo contenido que se desvíe de los "valores centrales del socialismo" y critique las normas sociales establecidas.

El grupo Bytedance, administrador de Douyin, fue señalado en abril por su generador de contenidos de actualidad Toutiao, sancionado por haber permitido a sus usuarios intercambiar bromas picantes.

Toutiao prometió entonces aumentar hasta 10.000 el número de censores en sus filas.

El caso de Peppa Pig se suma al del osito Winnie The Pooh, contra quienes se enfilaron los censores del Partido Comunista Chino (PCCh) a finales de febrero pasado, ansiosos por suprimir las críticas y mantener una apariencia de apoyo masivo al presidente Xi Jinping.

Una purga más amplia en internet incluyó imágenes del personaje de Disney, a raíz de los memes recurrentes sobre el parecido entre el presidente y el dibujo animado.

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