Back to top
Educación

Malas palabras, ofensas, maltratos, chusmería… 'métodos educativos' para alumnos de primaria

Padres de Santiago de Cuba se quejan, además, del trasiego de profesores que no duran en las aulas.

Santiago de Cuba

La escuela primaria Rubén Martínez Villena, de Palma Soriano, Santiago de Cuba, está en el peor momento de su historia, opinan los padres de sus alumnos. No es la única. Después de un deterioro progresivo que se ha profundizado en los últimos años, el panorama se replica en los otros centros del territorio, donde la escasez de maestros, la falta de vocación y valores de los trabajadores son la norma.

"Casi todos dicen malas palabras delante de los niños", asegura Yanet, madre de Malia, quien cursa tercer grado. "Ofenden a los alumnos, les hablan en muy mala forma. Algunos profesores fuman en la escuela y hay una que lo hace dentro del aula".

"En cuanto a la materia que imparten, están en China. Por el aula de Malia han pasado cuatro profesores, pero no duran. La niña se me ha atrasado. Estoy pagando cinco CUC a una maestra retirada para que la repase. Son 120 pesos, un tercio de mi salario del mes".

Otra madre con un pequeño en la escuela Martínez Villena es Lizy.

"Mi hijo no tiene maestra desde hace un mes y hasta una auxiliar de limpieza optó por la plaza. Estuvo unos días frente a la pizarra, pero no dominaba la materia ni los planes de clases y tuvieron que sacarla".

Lizy quiso cambiar a su hijo para la otra primaria de Palma Soriano, la Juan Sigas Baró, con fama de ser una escuela buena, pero se enteró por otras madres con hijos allí que ya no era la de antes.

Al parecer, en materia de maestros no tiene nada que "envidiarle" a la Martínez Villena. Las principales quejas de los padres son la impuntualidad de los profesores, su inestabilidad laboral, sus malos hábitos y su escaso nivel cultural.

La situación ha hecho que los padres de Palma se alarmen y teman por el futuro de sus hijos. Muchos piensan que, aunque problemas como esos se han extendido por toda la Isla, empeoran en municipios como el suyo, alejados de la capital.

"Tal vez en La Habana y en otros sitios visibles la realidad sea otra y existan magníficas escuelas y estupendos maestros, pero en la Cuba profunda es así como digo", dice Yanet.

Lizy, quien recuerda con cariño a sus viejas maestras, siente tristeza al pensar que su pequeño no tendrá jamás los recuerdos de esas educadoras, preparadas y con vocación.

"Cuando tenga mi edad, tal vez no recuerde a ningún maestro y, si lo hace, recordará más bien la chusmería, el maltrato y los malos ejemplos que le dieron", lamenta.

Aunque los padres consideran que la responsabilidad es del Gobierno, que debería garantizar la calidad de la educación, saben que no pueden esperar por decisiones o recursos "de arriba" que nunca llegan.

"Mi mayor preocupación es Malia, y su hermano, que dentro de dos años comenzará en la escuela. La única solución que veo es pagar las viejas maestras retiradas para que los repasen en sus casas. Costear la educación de nuestros hijos, para asegurarla. Es lo que nos toca", concluye Yanet.

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.