Ya han pasado tres meses. Nicolás Maduro sigue en el poder, por lo que la usurpación no ha cesado, si nos acogemos al lenguaje de Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por más de 50 países de Occidente. El esperado quiebre de las Fuerzas Armadas no ha llegado aún. Tampoco están a la vista elecciones libres y transparentes. Guaidó, sin embargo, exhibe un logro indiscutible: su liderazgo.
Este 23 de abril, en una alocución que debió transmitir de forma obligatoria toda la radio y la televisión del país, el propio Nicolás Maduro sacó a colación que había logrado permanecer en el poder tres meses desde la irrupción de Guaidó, al que llamó "saltimbanqui".
Maduro aseguró —y tiene razón en ello— que sigue estando al frente del Gobierno, que cuenta con el respaldo de las Fuerzas Armadas y que controla la hacienda pública. Sin embargo, al enumerar las cosas que simbolizan su poder, no hizo mención al respaldo popular. Éste se ha inclinado a favor de Guaidó.
Un fenómeno político
En una jugada arriesgada e inesperada, el pasado 23 de enero el joven presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Venezuela juró ante miles de personas en las calles como presidente encargado, hasta que cese la usurpación del poder ilegítimo de Maduro y se puedan realizar elecciones libres.
Guaidó ha cosechado éxitos en el plano internacional. De forma casi unánime, Occidente respalda un cambio en Venezuela. Persisten, sin embargo, las diferencias sobre el cómo y cuándo desalojar a Maduro del poder.
La presión ejercida por Guaidó y sus colaboradores, al mismo tiempo, surtió efecto y finalmente el régimen venezolano dejó ingresar al país ayuda humanitaria canalizada por la Cruz Roja y la Iglesia católica venezolana. Esto —como se reseñó en DIARIO DE CUBA— representa un golpe a Maduro, ya que le quita parte del control político que tenía sobre la población con la entrega de alimentos.
Marcos Hernández López, director de Hercon Consultores, dijo a DIARIO DE CUBA que en estos tres meses, Guaidó ha consolidado su liderazgo. "En verdad estamos en presencia de un supraliderazgo solo comparable al que tuvo Rómulo Betancourt al inicio de la democracia (1958) o Chávez en su mejor momento, en torno a la relección de 2006".
Según un sondeo nacional de la firma en abril, Guaidó cuenta con un 75% de adhesión, una cifra no alcanzada por ningún líder opositor en Venezuela durante los 20 años del chavismo. Esto convierte al joven de 35 años en un verdadero fenómeno político. Y esta caracterización no es exagerada. Guaidó es hoy una figura conocida en todo el país pese a que sobre él pesa una férrea censura oficial. Ni la radio ni la televisión de Venezuela lo han mostrado o entrevistado en los últimos tres meses.
Aun así, a fines de febrero llegó a tener un 81% de respaldo popular, según los estudios de Hercon Consultores. "La gente de todos los estratos sociales y edades lo identifica como la figura del cambio", precisa Hernández López.
A juicio de este estudioso de la opinión pública, el joven político goza de una "chequera en blanco" de adhesión que no tiene todavía señales de estarse agotando, a pesar de la falta del cambio fáctico en el manejo del poder en el país.
Para Hernández López, las críticas que se ventilan contra Guaidó, por ejemplo en Twitter, forman parte de polos de radicalidad (chavismo y oposición extrema), pero no reflejan la identificación que existe entre Guaidó y el venezolano promedio.
Los sectores conservadores en Venezuela, por ejemplo, cuestionaron severamente a Guaidó este 23 de abril, por asegurar que con el chavismo no hubo socialismo en el país, pues persistió la desigualdad social. Sus críticos llegaron a asegurar que Guaidó pretende imponer una agenda socialista.
"El fenómeno de Guaidó es interesante porque convoca, se conecta con los venezolanos que no militan en partidos políticos, pero simpatizan con él, con su figura", asegura a DIARIO DE CUBA el presidente de Hercon Consultores, quien minimiza el impacto que los cuestionamientos en Twitter puedan tener sobre el liderazgo del presidente encargado.
"Tiene un discurso llano, sencillo, directo, y eso se ha conectado con la gente que de alguna manera está cansada de las arengas chavistas. Y lo más importante es que la mayoría ha entendido que el proceso de cambio no se hace de un día para otro, y en ese sentido le da su respaldo a Guaidó", sostiene Hernández López.
De acuerdo con los estudios de Hercon Consultores, solo un 14% de los venezolanos apoyan a Nicolás Maduro.
La pregunta que surge entonces es: ¿cómo se sostiene Maduro en el poder teniendo en contra no solo un liderazgo joven y amplio, sino también la presión internacional, encabezada por Estados Unidos.
"Maduro se sostiene en el poder porque aún mantiene algunas conexiones internacionales que ha alimentado el régimen, por ejemplo Rusia, China o Cuba. Se trata de vínculos económicos y geopolíticos", responde a DDC el politólogo y analista venezolano Piero Trepiccione.
"Por otro lado, durante estos años de chavismo en Venezuela se construyó un entramado legal e institucional muy cerrado, que no permite margen de acción a los actores de la oposición", asegura.
A su juicio, un elemento clave es el tejido construido en las Fuerzas Armadas, particularmente entre el alto mando militar, que le ha permitido tener un control de inteligencia y represión dentro de las filas castrenses, para evitar que se produzca un reagrupamiento de los factores militares democráticos.
Siguiendo el modelo de Cuba, según Trepiccione, no debe obviarse que en Venezuela ha venido ocurriendo una implosión e infiltración del mundo opositor por parte del régimen, que le ha permitido mantener fraccionados a sus adversarios.
Esto último, según el analista, parece haberse roto con la consolidación de Guaidó como líder indiscutido. Por ello, desde el 23 de enero hay un nuevo escenario político en Venezuela.