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Mundo Vintage

Antes y después: descubiertas 30.000 imágenes de la vida cotidiana en la URSS y en Rusia

La rusa Masha Ivashintsova hizo fotos toda su vida, pero no vieron la luz hasta después de su muerte.

Madrid

Masha Ivashintsova se pasó la vida haciendo fotos, pero nunca mostró su trabajo a nadie, "ni siquiera a su familia". Ahora imágenes de la vida cotidiana de Leningrado —actualmente San Petersburgo—, en la antigua Unión Soviética (aunque también hay otros lugares a orillas del mar Báltico), ven la luz por primera vez pese a que su creadora falleció en el año 2000. 

"Acumuló sus rollos de película fotográfica y muy raras veces los reveló, así que nadie pudo apreciar los frutos de su pasión. Todas esos rollos permanecieron en el ático de nuestra casa en Pushkin, en San Petersburgo, donde ella los había dejado hasta su muerte en el año 2000. Hasta que, durante una reforma, mi marido y yo encontramos los negativos, las fotografías fueron tomadas entre 1960 y 1999. Revelamos algunas de ellas y lo que vimos fue asombroso", cuenta Asya Ivashintsova-Melkumyan en mashaivanshintsova.com, una web que ha creado para divulgar el trabajo de su madre.

Según su hija, Ivashintsova estuvo muy involucrada con los movimientos artísticos alternativos de Leningrado entre los años 60 y 80. Se relacionó con el fotógrafo Boris Smelov —algunas de sus obras están en el Hermitage—, el poeta Viktor Krivulin, y el lingüista Melvar Melkumyan, padre de Asya. Sin embargo, la fotógrafa rusa se guardó cerca de 30.000 fotografías, la mayoría tomadas con una Leica IIIc y una Rolleiflex.

La vida de Ivashintsova, nacida en 1942, tiene un final amargo: después de pasar años en distintos centros psiquiátricos, la fotógrafa murió a los 58 años de un cáncer. Según explica Aysa, el régimen soviético tenía como objetivo "estandarizar" a las personas, hacerlas vivir según las reglas comunistas. "Tuvo una relación difícil con el comunismo. Finalmente fue confinada a un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad", indica su hija.

"Veo a mi madre como una genio, aunque ella a sí misma nunca se vio así, y nunca dejó a nadie que viese cómo era realmente", lamenta Asya, que hoy celebra la atención que ha generado el trabajo de su madre, tras la creación de una web y una cuenta en Instagram, que ya cuenta con cerca de 15.000 seguidores.

Varios medios comparan ya a la fotógrafa rusa con Vivian Maier, la niñera estadounidense que se pasó más de 40 años haciendo fotografías sin enseñárselas prácticamente a nadie.

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