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Fotografía

Titina style: tras los íconos de la moda cubana, 1980-90

El mundo de la moda cubana, retratado por la fotógrafa Joanne Soto Fernández, 'Titina'.

La Habana

La Fototeca de Cuba presentó Tributo al glamour: íconos de la moda cubana 1980-90. La atípica muestra resulta refrescante por su temática y atractivo visual, rescate y defensa de la memoria histórica. De la cámara de la joven fotógrafa Joanne Soto Fernández, "Titina" (La Habana, 1984) emerge un variado repertorio de retratos contemporáneos de figuras cimeras de la pasarela y el diseño de moda en la Isla.

Para Tributo al glamour, clausurada en septiembre, Titina acudió a un grupo significativo de profesionales de la moda de la década del 80. Diseñadores de la talla de José Luis González Fuentes, Frank Álvarez, Abraham, Marta Verónica o Rolando Ruiz Saralegui aparecen junto a una legión de fieles modelos, entre los que destacan Héctor Figueredo Abrante, Cecilia Agregan Aymé, Ariadis Aching García, Alberto Moisés, Juan Carlos Marrero y Luz María Coyaso, entre otros.

Las instantáneas expuestas por Titina fueron en su mayoría en blanco y negro, en gran formato, distribuidas en la galería María Eugenia Haya. En la concepción museográfica y curatorial de la muestra percibimos la intención de no preponderar unas personalidades sobre otras, lo cual nos parece acertado si tenemos en cuenta el competitivo mundo en el cual desarrollan sus carreras profesionales los creadores fotografiados.

La autora de Tributo al glamour bebe de la tradición fotográfica mundial al servicio de campañas promocionales de la alta costura, en las cuales destacan grandes del lente. En las instantáneas de Titina podemos reconocer la impronta de maestros como Helmut Newton, Annie Leibovitz, Richard Avedon, o los cubanos Alberto Korda y Roberto Salas, con quienes tuvo el placer de trabajar. Titina, por su parte, se confiesa también admiradora de un mago de la imagen como David Lachapelle.

Beber de los grandes maestros es un comienzo acertado, por ser ellos los responsables de marcar caminos y tendencias a seguir en una industria global de enorme e insaciable apetito, lo cual dista mucho del marco cubano, donde hablar de moda e industria resulta todavía un eufemismo. Con la creación hace seis años de la marca Titina Style, la artista intenta revertir el pasado. En su corta carrera ya ha colaborado con diferentes publicaciones y connotados realizadores de clips, como Alejandro Pérez. Así mismo ha incursionado en la fotografía para programas televisivos, como el popular Bailando en Cuba, y en la divulgación de artistas como Leoni Torres, Haila María Mompié y Alain Daniel.

Muchos de los profesionales escogidos por Titina para su expo formaron parte de la "edad de oro" de instituciones como el Fondo Cubano de Bienes Culturales, dirigido entonces por Nisia Agüero Benítez, la empresa Contex de la Coorporación CIMEX, inaugurada por Caridad Abrantes, "Cachita", quien en 1987 funda La Maison, casa de la moda cubana. En el seno de estas empresas y con el auspicio del Ministerio de Cultura surge Telarte, proyecto que vinculó a creadores de las artes plásticas como Robert Rauschenberg, José Bedia, Umberto Peña, Manuel Mendive, Zaida del Río y Flavio Garciandía, entre otros. Los proyectos antes mencionados despertaron el interés de muchos cubanos por consumir productos made in Cuba. En las calles y casas del archipiélago podíamos encontrar infinidad de artículos confeccionados con tejidos Telarte. Pero la luna de miel no duró mucho. Las sombras del Periodo Especial aparecieron, extinguiendo de un plumazo la iniciativa de la emergente industria.

Cultivar la belleza ha sido un punto sensible para el oficialismo cultural, que no ha dudado, históricamente, en relacionar la elegancia, la moda y la singularidad personal con prácticas frívolas, nocivas, favorecedoras del consumismo capitalista. Obviamente todos estos preceptos ideológicos, rechazables y trasnochados, contaminan la incipiente industria cubana desde su raíz. Los seres retratados en la memoria fotográfica de Titina han enfrentado desde sus atelieres adversidades de todo tipo. Llegar a nuestros días ha sido un acto de resistencia, vocación e inconformidad. A pesar de lo pasado siguen intentándolo, frente a la implantación actual de tendencias ordinarias que nada tienen en común con nuestra idiosincrasia.

Así, la escasa presencia en la red comercial de productos elaborados por diseñadores de moda cubanos se ha convertido en algo habitual. Al parecer es mejor inundar las tiendas con ropajes adquiridos en China, de mala calidad y estéticamente espantosos, a precios exorbitantes. Los diseñadores cubanos siguen esperando su oportunidad mientras se vinculan al mundo del espectáculo, la música, el cine, los videoclips o el teatro. También participan en algunas ferias, eventos de moda y la recién constituida Semana de la Moda de La Habana, cuya tercera edición se realizó del 27 al 29 de octubre de 2017.

Sin una industria que les respalde por ahora, los diseñadores cubanos están abocados a formar parte de merecidos homenajes fotográficos como el realizado por Titina, soñando con un pasado relativamente memorable, inmersos en una crisis endémica y "la maldita circunstancia del agua por todas partes".

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