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Colombia

'Tantos años de matarnos entre nosotros tienen que acabar'

Hablan exguerrilleros y víctimas del conflicto colombiano.

Turbo

El pasado 29 agosto, la paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC recibió un duro golpe, cuando parte de los exjefes guerrilleros anunciaron un retorno a las armas.

Más allá de las reacciones oficiales, del expresidente Juan Manuel Santos —quien firmó el acuerdo con las FARC— y de los exmiembros de la guerrilla que hoy constituyen un partido político y rechazan la vuelta a las hostilidades, está la voz de los colombianos que decidieron dejar las armas y siguen apostando por la paz, con proyectos productivos agropecuarios o emprendimientos empresariales.

También está la palabra de esas víctimas que consideran que la paz se construye desde las bases de la verdad, pero no del olvido.

DIARIO DE CUBA habló con Ciro Abadía, presidente de la Asociación de Víctimas de Antioquia (ASOVIMA), y con Joverman Rubén Sánchez Arroyave, quien lidera un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR).

"La llegada de los exguerrilleros ha hecho que el Gobierno nos mire"

Sánchez Arroyave ingresó a las FARC cuando solo tenía 16 años y llegó a ser comandante del Frente 58. Después de formar parte durante 39 años del grupo ilegal armado, hoy lidera a 146 exguerrilleros que apuestan por la paz con el proyecto La Fortuna.

DIARIO DE CUBA visitó la zona de 20 hectáreas de tierra, compradas con el ahorro de renta básica y con el aporte del Estado, donde desarrollan proyectos de piscicultura, crían cerdos, cultivan e impulsan el ecoturismo.

Aunque al principio la comunidad de la vereda San José de León, en el municipio de Mutatá, se mostró reacia a acoger exguerrilleros, Sánchez Arroyave y sus hombres, por su actuar, fueron aceptados.

Una de sus primeras acciones fue pavimentar la antigua trocha de acceso a la vereda. "Ellos dejaron el fusil, para empuñar picos y palas. Juntos pavimentamos el camino de herradura, por donde en invierno no subía ni un gato. Juntos logramos un sueño que el Estado nos había negado por años. La llegada de los excombatientes ha hecho que el Gobierno, que nos tenía olvidados, ahora nos mire", declaró a DIARIO DE CUBA un habitante de la zona

El proyecto que más aman la comunidad y los exguerrilleros es Jóvenes con Futuro, destinado a hijos de excombatientes y de campesinos. Son ellos los llamados a narrar las historias de reconciliación que se vienen tejiendo.

Sánchez Arroyave: "No le sigamos el juego a intereses oscuros"

¿Cómo ve usted el anuncio de Iván Márquez de retomar las armas?

Tenemos que trabajar por la defensa de los acuerdos de paz. Es solo un puñado que ha decidido no apostarle. A Márquez no lo condeno, no lo acuso, pero tampoco fue la mejor decisión. Me hubiera gustado que él siguiera dando la pelea por la paz, pero sin armas. Yo soñaba con Márquez dando debates en el Congreso, es una persona con muchas capacidades.

El actual Gobierno prometió en campaña hacer trizas los acuerdos de paz, y las amenazas las está cumpliendo. Hacer fracasar la Justicia Especial para la Paz, la no implementación de los acuerdos pactados en La Habana, los asesinatos, solo buscan que los excombatientes se cansen y tomen otra decisión distinta a la paz.

Para nosotros la paz no tiene vuelta atrás. Por ello, buscamos hablar con cualquier persona que quiera hablar sobre el proceso y de la misma guerra. Sabemos que la paz se construye desde la verdad y parece que el Gobierno le teme a esa verdad. La verdad del conflicto armado en Colombia la aclaramos más fácil desde la vida civil que con una vuelta a las armas.

¿Qué mensaje le envía usted al mundo y a Colombia con respecto al momento que se está viviendo?

Llegó el momento de defender la paz, no le sigamos el juego a intereses oscuros.

Hay que revisar los acuerdos: qué se está cumpliendo y qué no se ha cumplido. Hay gente que está desistiendo del proceso, como lo acaba de hacer Márquez. Investiguemos lo que dice, si es real o falso. Si es real, tienen unas razones claras, aunque que no las comparto; pero si es mentira, le estarían mintiendo al país. Creo que de mentira hay muy poquito, los muertos están, los proyectos no funcionan y los que funcionan es por el tesón de los muchachos.

Tierra no nos han dado ni para construir un rancho. La erradicación de cultivos de coca sigue forzada, no hay sustitución de cultivos ilícitos. Por ello, hay una desesperanza total, no solo de los exguerrilleros, sino también de los campesinos que no saben ahora hacia dónde va la paz. Es la hora, en pro de la paz, de hacer un debate a nivel internacional y nacional del proceso.

¿En qué consiste el proyecto La Fortuna?

Más que un proyecto, es un compromiso por la paz. Tantos años de matarnos entre hermanos tienen que acabar.

La Fortuna es una pequeña opción de vida. En ella, le estamos apostando al futuro de nuestras familias.

Compramos una parcela todo el colectivo. Estamos montando unos proyectos piscícolas y de gallinas ponedoras, que se trabajan en las modalidades colectiva y familiar. También le estamos apostando a un proyecto de turismo ecológico, con caminatas por las montañas donde los visitantes aprecien la flora, la fauna y respiren aire puro.

El otro frente turístico es permitirle a la gente de las ciudades vivir el día a día de un campesino colombiano, que alisten los animales y compartan con nosotros charlas a la luz de las estrellas y la luna. Ya hemos logrado mucho.

A pesar de que el Gobierno, inicialmente, decía que esta ETCR no era legal, ya construimos nuestros ranchos, tenemos proyectos productivos gracias a nuestro trabajo, no por el apoyo del Gobierno.

Escuela no tenemos. Los niños reciben clases en un rancho que hicimos nosotros mismos. El docente nos lo aporta la Diócesis de Apartadó

¿Qué piensa usted de las palabras del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien dijo que se deben sacar los acuerdos de paz de la Constitución de Colombia?

Me producen extrañeza. No tengo la capacidad de análisis para entender la estrategia a la que este señor le está apostando. Creo que su intención es confundir y poner a los colombianos a dudar de los acuerdos de paz.

Ciro Abadía: "No entiendo en qué está pensando ahora Iván Márquez"

Ciro Abadía encabeza una de las organizaciones que agrupa mayor numero de víctimas de los estragos del conflicto armado interno en Colombia.

De ASOVIMA forman parte las víctimas de Urabá. El 51,4% de la población de esta subregión del departamento de Antioquia (356.690 de los 694.000 habitantes) es considerada por el Estado de Colombia víctima del conflicto. Ha sufrido las acciones de las guerrillas, los paramilitares y el Gobierno.

¿Por qué nace ASOVIMA?

La Asociación de Víctimas de Antioquia es el resultado del olvido a las víctimas en el municipio de Apartadó.

Según el informe del Gobierno y las FARC "¡Basta Ya!", que recopiló las causas y la historia del conflicto armado en Colombia, Apartadó es la localidad colombiana que más ha sufrido el impacto de la guerra.

ASOVIMA nace como una iniciativa de las madres, hijos y viudas de los muertos de las masacres de la Chinita, Osaka, Churidó y Bajo del Oso, quienes en su mayoría eran o habían sido habitantes del Barrio Obrero.

¿Qué ha hecho ASOVIMA por las víctimas y el proceso de paz?

Lograr que Estado colombiano reconociera a los 31.517 habitantes del Barrio Obrero de Apartadó como sujetos de reparación colectiva. Eso significa que no solo los familiares de los muertos fueran reparados, sino que los habitantes del Barrio Obrero fuéramos reconocidos como víctimas de un proceso sistemático de las FARC en nuestra contra.

Pero como víctimas sentimos, creemos que la paz también es construcción activa de nuestra parte. Por ello, las víctimas directas de la masacre La Chinita y ASOVIMA le ofrecimos perdón a las FARC en medio de los diálogos en La Habana.

¿Cómo así ofrecieron perdón?

Somos tal vez el único caso en el mundo en el cual las víctimas hemos ofrecido perdón. Pero este debe estar condicionado sobre la justicia, la reparación, la verdad y la no repetición. Quisimos decir: "¿ustedes están dispuestos a dejar las armas y a luchar por la paz de Colombia? Pues hagámoslo juntos, hombro con hombro.

El 30 de septiembre de 2016, en un acto en el Barrio Obrero, Iván Márquez dijo: "La masacre de La Chinita nunca debió ocurrir". Poco después se reunieron a puerta cerrada Iván Márquez, Pastor Alape y Benkos, en representación de las FARC, con las viudas de lo sucedido esa fatídica noche del 23 de enero de 1994, cuando guerrilleros armados con fusiles acribillaron a 34 hombres y una mujer en medio de una verbena popular.

Una de las viudas me relató así el encuentro con Iván Márquez: "Lo miré a los ojos, vi en sus ojos el arrepentimiento, el vio en los míos el perdón y nos abrazamos, lloramos por minutos y oramos por la memoria de los muertos".

Sinceramente, no entiendo en qué está pensando ahora Iván Márquez. Como víctima, le digo al señor Márquez que recapacite, que construyamos la paz juntos.

A pesar del anuncio de Iván Márquez, ¿ASOVIMA sigue apoyando el proceso de paz?

Aunque estuvimos en la mira de los fusiles de las FARC, seguimos apoyando de forma incondicional a aquellos hombres y mujeres que dejaron las armas para vivir en paz. Pero no puede haber posiciones como la del senador Álvaro Uribe Vélez, de acabar con el proceso de paz. ¡No señor! El 90% de los desmovilizados siguen de forma sincera en proceso. ¿De nada valen los cientos de vidas que se han salvado?

Hoy los campesinos pueden estar tranquilos en sus parcelas, están volviendo a su tierrita, produciendo comida para ellos y el resto de Colombia. Esos logros no los podemos tirar a la basura por una minoría.

Según la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, en los dos años trascurridos desde la firma de los acuerdos de paz 142 desmovilizados de las FARC han sido asesinados y, de los 10.078 que dejaron las armas para apostarle a la paz, 1.800 se han convertido en disidentes.

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