Back to top
Sociedad

'Toda Venecia quiere saber qué tengo bajo mis pantalones'

El gondolero Alex Hai hace historia dos veces.

Madrid

En 2008, Alex Hai hizo historia al poner patas arriba casi 1.000 años de tradición y convertirse en la primera mujer en ganarse la vida empujando una góndola por los canales de Venecia, reporta BBC Mundo.

Para lograrlo, tuvo que luchar contra el machismo de sus colegas varones, contra la discriminación y soportar nueve años de juicios para intentar impedirle conducir una góndola.

Ahora, a sus 51 años, ha vuelto inscribir su nombre en los anales de Venecia y del gremio de gondoleros.

La primera mujer gondolera en los al menos 924 años de existencia de esas embarcaciones se ha sometido a una operación de cambio de sexo y se ha convertido en el primer transgénero en surcar los canales de Venecia.

"En realidad yo nunca he sido una mujer, sino un hombre en un cuerpo de mujer", dice Alex, alemán criado en Estados Unidos y establecido en Venecia desde hace 22 años, en una entrevista concedida a BBC Mundo.

"Nadie me preguntó qué era. Y eso creó una imagen mía equivocada que pensé que nunca podría enderezar", añade a bordo de Pegasus, su góndola.

Dice que cuando era una mujer sintió discriminación "a todos los niveles".

Pero lo más duro de ser una mujer gondolera fue "no serlo".

"Se me veía como algo que yo no era y no podía sentirme orgulloso porque era una mentira".

Antes de la cirugía de reasignación de género, sus colegas gondoleros llevaron a Alex a juicio para tratar de evitar que alguien que una mujer formase parte de ese gremio.

"Estuve tentado todo el tiempo de tirar la toalla pero el destino fue más fuerte", reconoce. "Me habría encantado rendirme y haber llevado a cabo mi transición (a hombre) tranquilamente, en algún lugar donde nadie me conociera".

"Pero, por otro lado, había trabajado muy duro para convertirme en gondolero y Venecia, contra todo pronóstico, lo había reconocido".

Alex se refiere en la entrevista a los juicios errados sobre los transgéneros que predominan en la sociedad.

"El primero es pensar que se trata de un hombre o de una mujer que decide convertirse en alguien del sexo opuesto, cuando es justo al revés".

"Un transgénero desde que nace siente que su género es lo contrario a lo que indica su aspecto", precisa. "Es por eso por lo que la operación se llama cirugía de reasignación".

"Y el segundo error consiste en pensar que se trata de una elección y que es algo que hoy en día está 'de moda'. No hay elección posible y desde luego no se trata de una moda", aclara.

"Es un proceso muy doloroso y nadie se metería en esto sin un motivo muy sólido".

Ahora, "sigo luchando para que los venecianos no cometan errores respecto a mi género", dice Alex.

"Resulta más difícil cambiar una imagen creada que cambiar la realidad. De repente, toda Venecia quiere saber qué tengo bajo mis pantalones, cómo funciona, si funciona, si puedo reproducirme… Me siento como un animal del zoológico", comenta.

De su experiencia como mujer gondolera saca otras conclusiones dolorosas.

"Una mujer sufre discriminación en muchos niveles, el machismo se ha convertido en un comportamiento cultural irreflexivo cuya gravedad la mayoría de los hombres ignora porque ningún hombre, ni siquiera un hombre transgénero, puede imaginar, ni siquiera levemente, pasar por algo similar", critica.

"Por ejemplo: si una mujer comete un error, inmediatamente es vista como una inútil. Pero de un hombre que comete exactamente el mismo error se dice que sufrió una distracción, se encuentra enseguida una excusa para explicar su error. Ese es un privilegio que las mujeres todavía hoy no tienen".

"Una mujer puede ser gondolera como lo he demostrado yo durante 20 años. Las mujeres han entrado recientemente, hace alrededor de un mes, en la asociación de gondoleros, así que mi lucha de todos aquellos años no ha sido en balde, al final salió bien y desenrollé la alfombra roja para las mujeres", opina.

"Lo que espero es que las mujeres puedan resistir en este duro ambiente sin adoptar malos modos".

Preguntado sobre si siente que sus colegas gondoleros lo respetan más ahora que es un hombre, Alex responde: "Jajaja… Debería preguntárselo a ellos".

"Italia no es un país amigable con el colectivo LGBTIQA. Solo hay que echar un vistazo a las estadísticas, en lo que se refiere a nuestros derechos Italia está solo un puesto por delante de Turquía", considera.

Según Alex, el 99% de sus clientes sabe que es transgénero. "Este es un proceso lento, pero en cuatro años mi cuerpo se habrá transformado completamente".

"A veces algún veneciano me sigue señalando como la primera mujer gondolera y los turistas sacuden la cabeza diciendo que soy claramente un hombre", señala.

"Sorprendentemente, tengo bastantes familias entre mis clientes, familias que quieren enseñar a sus hijos que ser transgénero es algo normal, de lo que no hay que tener miedo", afirma. "Estoy agradecido de que haya padres maravillosos en este mundo, no importa de qué país".

Archivado en

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.