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Política

La Guerra Fría vuelve al Caribe: Rusia anuncia la creación de una base militar en Venezuela

Caracas aguarda también por la llegada de varios destructores furtivos iraníes de nueva generación.

Moscú

El Gobierno de Rusia ha anunciado planes para establecer su primera base militar en el Caribe desde los tiempos de la Guerra Fría y de su predecesora, la URSS, luego de llegar a un acuerdo con Venezuela.

La agencia estatal rusa de noticias TASS informó que los expertos rusos habían seleccionado la isla de La Orchila, 125 millas al noreste de Caracas, como una posible base militar desde hace diez años.

Según los enviados militares, las autoridades rusas han tomado una decisión (y el presidente venezolano Nicolas Maduro no se opuso) a desplegar aviones estratégicos en una de las islas de Venezuela en el Mar Caribe, que tiene una base naval y un campo de aviación militar.

Hace diez años, expertos rusos y comandantes de las Fuerzas Armadas habían visitado la isla de La Orchila, ubicada a 200 kilómetros al noreste de Caracas. Las leyes venezolanas prohíben el establecimiento de bases militares en el país, pero es posible un despliegue temporal de aviones de combate.

Según varias fuentes de las agencias de gestión militar rusas, el acuerdo ruso-venezolano sobre el vuelo de dos bombarderos estratégicos Tu-160 la pasada semana fue mutuamente beneficioso, ya que Caracas tuvo la oportunidad de exhibir su política militar independiente y los pilotos rusos realizaron no solo un simple vuelo de entrenamiento, sino además cubrir una distancia de más de 10.000 kilómetros sobre el Océano Atlántico, el Mar de Barents, el de Noruega y el Caribe.

"Estamos claramente ayudando al Gobierno venezolano a mantenerse a flote", dijo el Investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias de Rusia, Emil Dabagyan.

"Dado que Rusia se beneficia de la exploración petrolera, quiere que el régimen venezolano permanezca en su lugar", agregó.

En cuanto a Caracas, los ejercicios militares conjuntos con Rusia y otras actividades de este tipo son muy importantes para ellos en este momento. Según el experto, las autoridades venezolanas "tratan de mostrar su determinación de proteger al país de la posible agresión de Estados Unidos, que ha calificado al régimen de Maduro como ilegítimo".

En la cola de la visita de los bombarderos estratégicos

Los cazabombarderos nucleares Tupolev TU-160 regresaron el viernes a Rusia tras realizar una visita de cinco días a Venezuela. Su retorno fue anunciado por la propia Casa Blanca de Donald Trump.

"Hemos hablado con representantes de Rusia y se nos ha informado que sus aviones militares que aterrizaron en Venezuela partirán el viernes y regresarán a Rusia", dijo el pasado miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un correo enviado a Reuters.

La impactante flotilla rusa aterrizó con cuatro aviones de guerra en primer lugar en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, en la capital venezolana. Estaba compuesta por dos bombarderos nucleares Tupolev T-160, de última generación y los más grandes de su tipo, que fueron utilizados en la guerra de Siria, también conocidos como los cisnes blancos, con capacidad de transportar misiles cruceros en un radio de 5.500 kilómetros. Y los acompañaban un avión de carga AN-124 Ruslan y un avión de pasajeros Il-62 con 100 pilotos, ingenieros, mecánicos y técnicos.

Una vez cumplido el espectáculo mediático en Caracas como una demostración de fuerza del poderío ruso para amedrentar, un desafío a Washington y de paso un respaldo a Nicolás Maduro por el rechazo internacional que ha generado la toma de posesión de su segundo mandato el próximo 10 de enero, los rusos se dirigieron a la base militar Libertador en Palo Negro a cumplir con otra misión.

El analista Walter Martínez dijo en la estatal Venezolana de Televisión (VTV) que los bombarderos rusos, que llevan cuatro tripulantes, habían despegado desde la base Libertador, situada en Maracay, a dos horas de Caracas, recorrieron el mar Caribe, sobrevolando las islas venezolanas Las Aves y la Tortuga, y luego fueron al sur bordeando la costa de Brasil por el Atlántico para regresar finalmente a la base Libertador.

En los hangares de la base de Palo Negro, la principal base militar de la Fuerza Aérea Bolivariana, los Tupolev TU-160, descargaron 550 toneladas de armamento y material estratégico, según fuentes chavistas, que pidieron el anonimato. Lo que no se sabe es lo que se llevaron de vuelta a Moscú como parte del pago por su apoyo logístico a Maduro, consideró el diario ABC.

Maduro aprovechó la presencia de los aviones de guerra rusos para denunciar un supuesto complot por parte de Colombia, Brasil y Estados Unidos. "Me quieren asesinar", dijo.

Esta sería la conspiración número 50 que ha denunciado el mandatario durante su mandato de seis años. Sin embargo, la comunidad internacional ha descartado la posibilidad de una intervención militar contra el régimen y más bien ha decidido enfocarse en las presiones y sanciones contra los altos cargos chavistas.

El presidente colombiano, Iván Duque, ha expresado su preocupación por la presencia de los bombarderos rusos. "No es un buen gesto", le recriminó a su vecino. "No podemos dejarnos provocar, no podemos dejar que Venezuela empiece a usar este tipo de herramientas de provocación. El continente debe estar alerta. No es solamente un acto inamistoso contra Colombia, sino también para la región. Ese tipo de maniobras no son prudentes", comentó Duque.

Destructores de Irán

Es probable que el mandatario venezolano vuelva a sorprender dentro de poco con la llegada desde Irán de dos o tres naves destructoras furtivas de nueva generación que se esperaban una semana antes de que aterrizaron los aviones rusos.

El subcomandante de la Armada iraní, el contralmirante Touraj Hassani Moqaddam, ha indicado que la misión en Venezuela de estas naves —con capacidad de portar helicópteros, lanzar torpedos y derribar aviones— podría durar cinco meses.

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