El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) presentó un informe donde denuncia violaciones sistemáticas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el periodo entre el 19 de junio y el 14 de julio de este año.
El informe señala que en ese lapso de tiempo la represión ha evolucionado hacia una fase de "aniquilación y cacería de la población, por parte de fuerzas parapoliciales con armamento de alto calibre y con características de fuerzas paramilitares".
El texto hace un análisis de diferentes casos de asesinato de manifestantes, así como de heridos, detenidos y torturados, señala varios de detención e imputación de cargos contra los manifestantes por parte de las fuerzas represivas y los tribunales, e incluye una lista de fallecidos, entre otros elementos que documentan los más de tres meses de conflicto violento que ha vivido Nicaragua.
Este es el cuarto informe publicado por la CENIDH sobre los actos de represión perpetrados desde el 18 de abril de este año por el Gobierno de Nicaragua. El organismo asegura que la violencia ha sido "ejecutada por fuerzas policiales y parapoliciales, fuertemente armados y con características paramilitares, en contra de jóvenes universitarios, manifestantes autoconvocados, periodistas, defensores y defensoras de derechos humanos, comerciantes, empresarios y población en general".
Desde que inició la represión, el CENIDH ha acompañado las protestas, denunciando públicamente la violencia estatal y siguiendo la situación de las víctimas y a sus familiares.
Los datos que se exponen en el informe de 26 páginas son "el resultado de las denuncias presentadas por familiares y por las propias víctimas de la represión y la violencia, las visitas in situ realizadas en el lugar de los hechos por equipos del CENIDH, las informaciones recibidas por fuentes primarias e información recibida de medios de comunicación."
La organización calcula unas 270 personas asesinadas desde el inicio de las protestas y afirma que hay otros 30 casos por confirmar.
Este martes la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió a otros países ayudar a Costa Rica, que se ha visto abrumada por miles de solicitudes de asilo de nicaragüenses que huyen de la violencia política y de las violaciones a los derechos humanos, reporta la AP.