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Nicaragua

Daniel Ortega deroga la reforma al seguro social que desató las violentas protestas

El presidente de Nicaragua recula al ver el comercio colapsar en medio del desabastecimiento y los saqueos. Una ONG calcula al menos 27 fallecidos, más de 100 heridos y un número indeterminado de detenidos. La UE y EEUU condenan la violencia, el uso excesivo de la fuerza policial y llaman al diálogo.

Managua

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció este domingo la revocatoria de la reforma al seguro social que originó la violenta ola de protestas en Nicaragua.

En un encuentro con empresarios de zonas francas, Ortega dijo que el Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS) tomó la decisión "revocando la resolución anterior del 16 de abril pasado, que fue la que sirvió como detonante para que se iniciara toda esta situación" de protestas, reportó la AFP.

En esa fecha, el organismo estatal decretó el incremento de las contribuciones obreras y patronales con el fin de darle estabilidad financiera al sistema de pensiones.

Según el mandatario, la revocatoria del decreto permitirá abrir el diálogo con los sectores que se lanzaron a las calles en contra de la medida, creada "para restablecer el equilibrio financiero al INSS", según justificó.

Ortega criticó duramente a los manifestantes y los comparó con pandilleros como los que actúan en el norte de Centroamérica.

"Esto nos obliga a poner en nuestra agenda el combate a las pandillas. Combatirlas para que no sigan actuando de la forma que actúan, que no se sigan matando entre ellos mismos y que no vayan a asaltar establecimientos", amenazó Ortega en la reunión.

Prometió que el Gobierno buscaría otras formas de darle estabilidad financiera al sistema de pensiones, y anunció que invitaría al arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, a una mesa de diálogo que analizará el tema.

Comercio colapsado

El domingo el comercio colapsó y la escasez empezó a hacerse patente en Managua y varias ciudades del Pacífico de Nicaragua, en el quinto día de manifestaciones contra el Gobierno en las que, según datos de una ONG, han muerto al menos 27 personas, precisó un reporte de EFE.

Al saqueo en los supermercados y tiendas se unió la avalancha de personas que acudió a los establecimientos para comprar alimentos, a fin de hacerse con reservas.

Las estanterías de la mayoría de supermercados se vaciaron antes del mediodía del domingo, debido a las miles de personas que se acercaron para comprar todo tipo de víveres.

Quienes quisieron sacar dinero de los cajeros automáticos no lo lograron, pues habían sido desconectados o destruidos.

Las gasolineras que permanecían abiertas atendían largas filas de automóviles, cuyos dueños estaban desesperados por llenar los depósitos.

Familias de clase media-alta que no encontraban comercios abiertos se salían de las carreteras para realizar sus compras en pequeñas tiendas o "pulperías", lugares en los que jamás se habían detenido.

Además, vecinos de diferentes barrios se enfrentaron a golpes a supuestos miembros de la Juventud Sandinista y otros grupos afines del Gobierno, a quienes señalaban de ser los saqueadores.

En los informativos oficialistas se aseguraba que "grupos de la derecha" realizaban saqueos masivos, mientras la gente en las redes sociales reclamaba que la Policía reprimiera a los manifestantes, pero que no hacía nada por impedir los saqueos.

Se han colgado en las redes fotos y vídeos de agentes policiales cargando cajas con productos de supermercados invadidos.

El mensaje del sábado de Ortega —aceptando dialogar con los empresarios sobre de las reformas de la seguridad social—, lejos de calmar los ánimos los avivó. A pesar del anuncio, Ortega había mandado al Ejército a las calles.

Las protestas contra Ortega se iniciaron el miércoles pasado por las mencionadas reformas a la seguridad social.

Sin embargo, la población también clama en la calle contra los supuestos fraudes electorales, las continuas alzas de los combustibles, la actuación impune de la Policía, las muertes sin explicación de campesinos que se oponían al Gobierno y el discurso oficial de "paz y reconciliación" que supuestamente no refleja la realidad del país.

Soldados de las fuerzas armadas se mantenían desplegados en varias ciudades por segundo día, tras una noche de enfrentamientos y vandalismo.

Los hechos violentos han causado al menos veintisiete muertos, incluidos un periodista a causa de un tiro fulminante, un adolescente y un policía, según organizaciones humanitarias, aunque el Gobierno solo ha informado de diez fallecidos y lo hizo el viernes pasado.

También hay más de 100 heridos y se desconoce el número de detenidos.

Consternación desde el Vaticano y pedido de diálogo de la UE y EEUU

De acuerdo con un reporte de la AFP, el papa Francisco expresó su consternación por el clima de tensión en Nicaragua.

"Estoy muy preocupado por todo lo que está pasando estos días en Nicaragua. Expreso mi cercanía con la oración por este amado país y me uno a los obispos para pedir que cese toda violencia", dijo el santo padre tras la oración Regina Coeli, en la plaza de San Pedro del Vaticano el domingo.

Por su parte, la Unión Europea (UE) calificó como "inaceptable" la violencia y cuestionó los ataques a la libertad de expresión y prensa, con el bloqueo de medios de comunicación y la agresión de periodistas.

"La UE está lista para apoyar un diálogo amplio e inclusivo entre todos los sectores de la sociedad y el Gobierno, y a fortalecer el imperio de la ley en Nicaragua", señaló la declaración europea.

"El Gobierno de los EEUU lamenta la pérdida de vidas y las lesiones sufridas en Nicaragua durante las protestas de sus ciudadanos", señaló en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Asimismo llamó a un "diálogo amplio" que incluya a todos los sectores de la sociedad para resolver el conflicto actual, restaurar el respeto por los derechos humanos y lograr un futuro "mejor y más democrático" para todos los nicaragüenses.

Washington pidió al Gobierno de Ortega que permita a los periodistas "operar libremente y restablecer toda la cobertura televisiva" e instó a los dirigentes nicaragüenses a realizar una investigación independiente y enjuiciar a los responsables de las muertes.

El autodenominado movimiento OcupaINSS, uno de los que inició las protestas, reclamó que el diálogo ofrecido por Ortega "debería de incluir las voces de todos los sectores que han demandado una discusión amplia e inclusiva (...) sobre la forma en que han venido tomando decisiones autoritarias y sin consulta".

Incluso el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, urgió en Twitter a Ortega a que "deponga su actitud arrogante, escuche al pueblo, ábrase a dialogar con toda la sociedad, sienta el dolor de tantas familias y colabore con la paz en el país".

Asimismo, el gremio empresarial respondió a Ortega que "no puede haber un diálogo" si el gobierno "no cesa de inmediato la represión policial" y respeta la libertad de manifestación y de prensa.

Malestar

Jóvenes manifestantes increparon este domingo al presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Aguirre, cuando llegó a una tienda, y le urgieron convocar a un paro nacional.

"Están matando estudiantes y usted no ha hecho nada, solo veo indiferencia", le gritó una manifestante.

Líderes políticos advierten que el descontento de la población va más allá de la reforma al sistema de pensiones, y apuntan a la necesidad de un cambio en la dirigencia del país.

"Aquí no hay más salida que hacer elecciones libres, transparentes (...) para evitar que haya un mayor costo a la población", dijo a la AFP la presidenta del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD) Violeta Granera, cuyo movimiento fue excluido de las elecciones de 2016, cuando Ortega fue reelecto.

La periodista Cristiana Chamorro, exdirectora del diario La Prensa, consideró que el presidente solo tiene dos opciones: salir por la vía electoral como en 1990, o "ensangrentado" como el exdictador Anastasio Somoza, depuesto en 1990 por la Revolución Sandinista.

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