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PRENSA

Franklin Foer: Facebook ha doblegado al periodismo

Ya no son necesarias las noticias. Ni siquiera la imaginación. Bastan los clics.

San Francisco

"Silicon Valley ha conseguido doblegar al periodismo a su antojo, porque el periodismo es débil", lamenta el periodista Franklin Foer, en su libro Un mundo sin ideas (Paidós).

"He sido testigo de cómo la dependencia de las empresas tecnológicas socavaba la integridad misma del periodismo", agrega.

Foer, excompañero de habitación de Mark Zuckerberg —creador de Facebook— en la universidad, sostiene en su libro que Facebook y las redes sociales han terminado destruyendo el periodismo.

Un mundo sin ideas, explica el diario El Español, es "una crónica de cómo Facebook asesinó al periodismo".

En este volumen el periodista cuenta "cómo la necesidad de ingresos derivados de las multinacionales de la información ha convertido este oficio en una mercancía, en algo que se comercializa, se aprueba y se calibra".

Foer, de 43 años, define el periodismo como una cadena de montaje cuyo producto está en función de las tendencias de lectura y no de la calidad.

El periodista, además, habla de la transformación de la profesión: "del cuarto poder al ruido sordo".

La historia de Chris Hugues, otro hijo de Silicon Valley, que con 28 años compró la cabecera de la revista The New Republic, reconstruye ese panorama.

En un año y medio, Hugues cambió la publicación de un sitio "sin tráfico masivo pero con reportajes de primera a la pista del circo de las tendencias".

"El periodismo se ha quedado sin ideas, pero tiene más clics. Ya no son necesarias las noticias. Ni siquiera la imaginación. Basta con estar atento a lo que hacen los demás para subirse a la ola", lamenta El Español.

En el reino del clic es comprensible, entonces, que una historia como la del cazador de Minnesota que sonríe sobre el cadáver del león Cecil genere más de 3,2 millones de artículos.

"Una vez que una historia capta la atención, los medios de comunicación se fijan automáticamente en ella. Escriben sobre el tema con furor repetitivo, exprimiendo el tema en busca de clics hasta que el público pierde interés", señala Foer.

"Mi amo se llamaba Chartbeat —un programa de audiencias— que ha conseguido que el periodismo sea una competición, un concurso de popularidad. La clave de Chartbeat estriba en que ningún artículo tiene suficiente tráfico; siempre puede mejorarse con unos cuantos ajustes, un titular mejor, una aproximación mejor a las redes sociales", detalla el periodista.

El periodismo vive ahora bajo la tranía de los datos, bajo su fetichismo: "Y estos datos han llegado a corromper el periodismo".

"La coherencia de una publicación ya no es necesaria. Los periódicos solo son sumideros de docenas de artículos para 'traficar con ellos a diario en Facebook, Twitter y Google', con una única pregunta: ¿conseguirá el artículo suficiente tráfico para justificar la inversión? Foer cuenta con lo que los periodistas tragan por un salario: que los medios deberían huir de las garras de Facebook. 'Pero la dependencia engendra asimismo cobardía'", concluye El Español.

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