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COLOMBIA

La ONU da por cerrado el desarme de las FARC con la inhabilitación del último fusil

Santos se compromete a cumplir con el acuerdo de paz en un acto al que no asistió ningún miembro de las FARC.

Bogotá

Tras un largo y complejo proceso, la Misión de la ONU en Colombia dio por cerrado de manera oficial el desarme de las FARC en un acto el viernes en que se inutilizó el último fusil y en que el presidente Juan Manuel Santos dijo que pondrá su empeño para sacar adelante todos los puntos del acuerdo de paz.

En total, entre las que entregaron los ya exinsurgentes y las que recuperaron de 750 caletas (escondites), la Misión de la ONU ha recibido 8.994 armas que ha inutilizado y entre las que hay 1.817 pistolas, 170 revólveres, 6.177 fusiles de asalto, 28 de precisión, seis escopetas, 13 subametralladoras y 274 ametralladoras, reportó EFE.

Así lo anunció en un sencillo acto el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, que fue el encargado de dar por finalizada la dejación de armas de las FARC y mostró su sólida esperanza de que con el fin de este capítulo no terminen los esfuerzos de paz, sino que se relancen.

Los datos de todo el material de guerra que han recibido o recuperado los observadores de la ONU dan idea de la magnitud de la operación.

Además de fusiles y pistolas, también tuvieron bajo su supervisión en un almacén de la localidad de Funza (centro) y cuya localización no se había desvelado hasta el viernes 12 lanzacohetes, 229 lanzagranadas, 268 morteros de diferente calibre, más de un millón de municiones, 11.015 granadas y 3.528 minas antipersona, entre otros elementos.

Todo ello pudo observarlo de primera mano el presidente Juan Manuel Santos, que visitó el almacén acompañado por el vicepresidente, Óscar Naranjo; el Alto Comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera; el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas y el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo.

Frente a él, inutilizaron —o inhabilitaron según el argot de la ONU— un fusil de asalto AR-15, el último de los que habían sido entregados por las FARC que ya hicieron su transición y se transformaron en partido político en el que mantiene las mismas siglas.

Tras ese proceso de inutilización con una sierra eléctrica de disco, las pistolas y revólveres quedan reducidos a pedazos mientras que en los fusiles de mayor tamaño se aprecia un agujero al lado del gatillo.

Incluso en las mayores y de más precisión ha sido agujereado el cañón y quebradas las miras telescópicas, un minucioso trabajo por el que ha pasado una por una cada arma.

"Confiamos en que la finalización de la dejación de armas no sea también el fin de los esfuerzos de paz, sino que al contrario sean la señal de su relanzamiento", comentó Arnault a los asistentes al acto, entre los que no había ningún miembro de las FARC.

No hubo ninguna explicación sobre su ausencia en un acto que ha sido el primero en el que no se ha visto a exguerrilleros cerca de sus antiguos fusiles.

"La Misión de la ONU está dando cumplimiento al cometido que le otorgaron el Gobierno de Colombia y de las FARC el 15 de enero de 2016, cuando le solicitaron la verificación internacional de cese el fuego y dejación de armas", subrayó Arnault.

Santos se unió a la celebración al aseverar que "muchos en Colombia creían imposible ver la destrucción de las armas de las FARC", algo que sin embargo cerraron "con éxito".

"Todas estas armas, que fueron utilizadas por mucho tiempo para destruir vidas, serán monumentos para conmemorar paz y vida", subrayó Santos.

Precisamente, tras ser "inhabilitadas" serán convertidas en tres monumentos que se instalarán en la sede de la ONU, Cuba —donde tuvieron lugar los diálogos de paz— y en un punto por determinar de Colombia.

"Ahora comienza una segunda misión, una segunda fase, un trabajo de poner en marcha muchos de los acuerdos que hemos firmado, algunos ya están avanzados, otros comienzan a avanzar y eso, tengan la seguridad, de que el Gobierno colombiano va a poner todo su empeño", subrayó el gobernante.

Para Santos, es particularmente importante que el número de armas entregadas es notablemente superior "al de guerrilleros que estaban al margen de la ley".

"Nunca había sido en una proporción tal como la que hubo en Colombia", resumió satisfecho el gobernante.

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