El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, buscó este domingo apoyo en el mundo islámico en su pulso con Estados Unidos, tanto en el plano político como petrolero, al participar en la cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC), reporta EFE.
"El pueblo venezolano, especialmente en los últimos seis meses, ha sido testigo de invasiones e intervenciones de Estados Unidos, pero resistiremos a esas presiones manteniendo nuestra unidad", dijo Maduro al reunirse con el presidente iraní, Hasan Rohaní.
Maduro llegó el sábado por la noche a Astaná, capital de Kazajistán, para participar en la cumbre islámica con el objetivo de intentar romper el aislamiento diplomático de su Gobierno y evitar los efectos de la nueva andanada de sanciones estadounidenses.
Además de abordar "petróleo, geopolítica y cooperación" con Rohaní, Maduro se reunió también con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y fue recibido por el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev.
A su llegada a la capital del país centroasiático, Maduro ya aseguró que la misión de su "visita relámpago" era diversificar las relaciones económicas con los países árabes y consolidar las relaciones con los países que no son miembros de la OPEP.
De hecho, en su viaje a Kazajistán para "abrir compuertas" hizo una breve escala en Argelia, uno de los mayores productores mundiales de gas y petróleo.
Maduro fue invitado a intervenir en la cumbre de la OIC, que integra a 57 países, como presidente del Movimiento de países No Alineados (MNOAL), cargo que ocupará hasta 2019.
"Es tiempo de luchar por otro mundo. Es tiempo de luchar por un mundo sin guerras, sin terrorismos, sin imperios hegemónicos", afirmó, en clara alusión a Estados Unidos, al que acusa de presiones para provocar su derrocamiento.
El gobernante apuntó que ambas organizaciones comparten principios como "el rechazo de la amenaza o uso de la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de los Estados y el rechazo de la imposición de sanciones unilaterales de conformidad con las disposiciones de la carta de Naciones Unidas y las normas del derecho internacional".
También mencionó "defensa de la resolución pacífica de controversias, de la democracia, del desarrollo y del respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales", aunque él mismo y muchos de los gobernantes con los que se reunió son acusados de autoritarismo.
Maduro tenía previsto entrevistarse en Astaná con representantes de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores para proponerles la fijación del precio del petróleo de cara a la cumbre de la OPEP que se celebrará el 22 de septiembre en Viena, en la que esta podría prorrogar la decisión, tomada en diciembre pasado, de recortar la producción para incrementar los precios del crudo.
El mandatario reconoció que planeaba presentar en Astaná una fórmula para estabilizar y llevar los precios del barril de petróleo y del gas a niveles sostenibles.
El ministro de Petróleo venezolano, Eulogio del Pino, participó el sábado en Astaná en reuniones con países productores, y explicó que el objetivo es estabilizar no solo los precios del crudo, sino también del gas y de otras fuentes de energía.
Antes de viajar a Kazajistán, Maduro anunció que, con el objetivo de reducir la dependencia de Venezuela del dólar y de las presiones de Estados Unidos, Caracas se propone vender gas y petróleo en yuanes, yenes, rublos y rupias, entre otras divisas.