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COREA DEL NORTE

Los norcoreanos trabajan en Rusia en condiciones de 'semiesclavitud'

El Estado les confisca hasta el 80% de sus salarios, los tiene bajo vigilancia, les prohíbe hablar con los locales.

Moscú

Rusia se ha convertido en uno de los principales países en emplear mano de obra norcoreana: se estima que tiene entre 30.000 y 50.000 trabajadores enviados por Pyongyang.

"Son rápidos, baratos y muy confiables, mucho mejores que los trabajadores rusos", opinó Yulia Kravchenko, un ama de casa de Vladivostok, de 32 años, que tiene pintores norcoreanos decorando su vivienda.

"No hacen más que trabajar desde la mañana hasta altas horas de la noche", precisó la mujer.

Según informa un reportaje de The New York Times (TNYT), el régimen de Kim Jong-un "ha enviado a decenas de miles de ciudadanos empobrecidos a ciudades y pueblos de la ex Unión Soviética para ganar dinero para el Estado".

"Grupos de derechos humanos dicen que este tráfico controlado por el Estado equivale a un comercio de esclavos, pero tan desesperadas son las condiciones en Corea del Norte que los trabajadores a menudo pagan sobornos para ser enviados a Rusia", precisa TNYT.

Los norcoreanos son "rigurosamente controlados" y "la mayoría de sus ingresos son confiscados por el Estado".

Según informes de organizaciones de derechos humanos, el Partido de los Trabajadores de Corea aprovecha el 80% de los salarios de los trabajadores forestales y al menos el 30% de los salarios pagados a los obreros que trabajan en la construcción: dinero que emplean para cubrir los gastos de subsistencia, las contribuciones obligatorias a un llamado fondo de lealtad y otras "donaciones".

Esta "estructura explotadora", según el informe, constituye "una de las causas fundamentales del duro trabajo inhumano de los trabajadores de Corea del Norte en Rusia".

De acuerdo con estimaciones, las autoridades norcoreanas ganan al menos 120 millones de dólares al año de los trabajadores enviados a Rusia.

Con la caída del valor del rublo, explica TNYT, el régimen de Kim Jong-un aumentó la cantidad de dinero a incautar a sus trabajadores.

Varias sanciones internacionales y una prohibición china de importaciones de carbón norcoreano en febrero han reducido otras fuentes de Pyongyang de ingresos extranjeros. Eso ha dejado a la exportación de mano de obra como una de las fuentes del régimen para generar divisas fuertes.

Los trabajadores de Corea del Norte se ven obligados a vivir juntos y hacinados en dormitorios estrechos en las cercanías de Vladivostok y tienen prohibido el contacto con los rusos y otros extranjeros fuera del trabajo.

A pesar de las circunstancias en las que viven en Rusia, muchos norcoreanos pagan sobornos a los funcionarios del Partido de los Trabajadores para obtener una asignación para trabajar en el extranjero.

Dentro de las obras en las que trabajan los ciudadanos de Corea del Norte se encuentra el nuevo estadio de fútbol en San Petersburgo para la Copa del Mundo de 2018. Al menos un obrero norcoreano ya murió en esta construcción.

Otros dos obreros fueron encontrados muertos en junio pasado en un albergue cercano a su lugar de trabajo: un lujoso complejo de apartamentos en el centro de Moscú.

Además de dedicarse a pintar o a tareas de la construcción, los norcoreanos talan árboles en campamentos en el lejano oriente ruso "que se asemejan a los campos de prisioneros de la era de Stalin", según opina TNYT.

Sin embargo, es la ciudad de Vladivostok donde mayor presencia norcoreana se halla, sobre todo, en las empresas de reparación de viviendas que se jactan de que los asiáticos "son más baratos, más disciplinados y más sobrios que los rusos".

"La industria de la reparación de viviendas está en el extremo más benigno del programa de exportación de mano de obra de Corea del Norte. Los pintores y los yeseros no suelen ser sometidos a los brutales malos tratos sufridos por los norcoreanos que trabajan en los campos de tala rusos o en las obras de construcción", explica TNYT.

Uno de estos obreros, un pintor de 52 años, está ahora en su segunda asignación de cinco años a Rusia. El hombre, mientras pintaba la pared de la habitación de la señora Kravchenko, dijo que le gustaba el trabajo y la oportunidad de ganar dinero extranjero para él y su país.

El jefe ruso de una empresa de decoración de Vladivostok afirmó que sus trabajadores pierden la mitad o más de su salario mensual a través de la confiscación.

"Están básicamente en la situación de los esclavos", sostuvo el hombre.

Agregó, sin embargo, que los norcoreanos todavía quieren trabajar en Rusia, donde, a pesar de las dificultades y la confiscación de una gran parte de sus salarios, pueden vivir mejor y más libre que en su propio país.

"No es mano de obra esclava sino trabajo duro. Y es mucho mejor aquí que en Corea del Norte", dijo por su parte Georgy Toloraya, ex diplomático ruso en Pyongyang.

La situación de los obreros norcoreanos es similar a la de muchos médicos cubanos que viven "en condiciones de semiesclavitud". Muchas veces tienen restringida la libertad de movimiento.

El Gobierno cubano se queda con hasta el 75% de los salarios que pagan los países de destino por los profesionales de la Isla. No obstante, la participación en estos programas es un alivio para los médicos, cuyo salario en Cuba no supera los 70 dólares al mes.

Los abusos y presiones sobre los profesionales de la Salud cubanos han impulsado a miles de ellos a escapar de misiones en el exterior.

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