El Congreso de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) celebrado este miércoles en Moscú ha determinado con su votación conceder la sede del Mundial de 2026 a Estados Unidos, México y Canadá, informa el diario deportivo español Marca.
Para entonces, el presidente Donald Trump ya no ocupará la Casa Blanca, aunque resulta imposible pronosticar cómo quedarán las relaciones entre estos tres países una vez termine su Administración.
Para nadie es un secreto que las decisiones de la FIFA respecto a la sede de los mundiales contienen elementos intangibles, pero importantes, de geopolítica y diplomacia. Más allá de las variables que evalúa la comisión de expertos de la FIFA que visita a los países candidatos (estadios, infraestructuras, rotación de países sede), la situación política juega un papel determinante en la designación del anfitrión.
La elección de Sudáfrica, Brasil y Rusia como sedes, coincidió con el momento de auge y mayor presencia internacional del grupo de países que integran el bloque conocido como BRICS, que reúne a las principales economías emergentes (China e India, además de los tres ya mencionados). Por su parte, el Mundial de Qatar 2022, en palabras de su secretario general, Hassan Al Thawadi, "cambiará la idea que se tiene de Oriente Próximo", reportó el diario español El País.
Escenificada su presentación en el mirador de la Torre de la Libertad, la candidatura de Estados Unidos, México y Canadá ha sido la elegida frente a la más débil de Marruecos.
En un momento en que la política exterior de Estados Unidos la marcan diferendos con México por la política migratoria de la Administración Trump, y con Canadá por el proteccionismo en la estrategia comercial estadounidense, llega la noticia de que estos tres países deberán trabajar juntos para albergar una de las competiciones que más expectación genera en todo el mundo.