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Juegos Olímpicos

Entrenadores cubanos, piezas clave en el triunfo de triplistas latinoamericanos

Detrás del oro de Caterine Ibargüen y la plata de Yulimar Rojas están Ubaldo Duany e Iván Pedroso, respectivamente.

Río de Janeiro

Cuba no consiguió ninguna medalla en el triple salto de los Juegos Olímpicos de Río, pero entrenadores de la Isla fueron clave para dar brillo al deporte latinoamericano en esta disciplina, reporta la AFP.

Ubaldo Duany y el mítico Iván Pedroso dirigen las carreras de las dos estrellas del momento en la categoría femenina, la colombiana Caterine Ibargüen y la venezolana Yulimar Rojas, oro y plata en la ciudad carioca, mientras que otro cubano, Loisán Acosta, es el entrenador delcolombiano Jhon Murillo, mejor latinoamericano en la competencia masculina, con un sorprendente y meritorio quinto puesto.

Cuba, por contra, solo consiguió contar con un representante en las finales de esta disciplina, mediante el joven Lázaro Martínez (18 años), octavo clasificado. No pudo por lo tanto cubrir el hueco dejado por Pedro Pablo Pichardo, plata mundial en Moscú 2013 y Pekín 2015, lesionado en un tobillo en esta ocasión.

Pese a ese discreto papel de la Isla, hay cubanos que tienen sobrados motivos de celebración.

Empezando por Ubaldo Duany, el padre de la carrera deportiva de Ibargüen, al aconsejarle que dejara el salto alto para probar en el triple salto.

Los éxitos no tardaron en llegar: bronce mundial en 2011, plata olímpica en 2012, oros mundiales en 2013 y 2015, tres victorias anuales en la general de la Liga de Diamante y, desde el domingo, un reluciente oro olímpico.

Ibargüen conoció a Duany siendo adolescente, cuando él trabajaba en Colombia, preparando atletas en el Valle de Cauca y Antioquia.

Pasó un tiempo hasta que fue su entrenador de forma directa. Cuando se fue a vivir a Puerto Rico, tras recibir un trabajo en la Universidad Metropolitana, Ubaldo Duany le ofreció a Ibargüen reunirse con él allí y ella aceptó, matriculándose para estudiar Enfermería y seguir entrenando con su mentor cubano, un exatleta de salto largo que llegó hasta los 8,32 metros y que fue séptimo en el Mundial en pista cubierta de Budapest 1989.

No clasificar en salto alto para los Juegos de Pekín 2008 y caer en la ronda clasificatoria del Mundial de Berlín en 2009 hizo que el técnico cubano propusiera a su pupila el paso a la prueba de las tres zancadas.

"Fue un acierto tremendo, estoy muy contenta de él. Fue todo por mi entrenador, él lo decidió y es cierto que tenía razón, como se ha demostrado con todos los frutos que vinieron", estimó tiempo después la atleta antioqueña.

Con Iván Pedroso entrena la niña prodigio del triple salto, la venezolana Yulimar Rojas (20 años), plata olímpica en Río y campeona mundial bajo techo en marzo en Portland.

En su caso, el inicio de la relación profesional entre ambos fue gracias a un destello de osadía de la joven Rojas.

El pasado año, Facebook le sugirió como amigo a Iván Pedroso y ella aceptó y le mandó un mensaje en el que se declaraba como una gran admiradora y le decía que le gustaría entrenar con él.

Pedroso, oro olímpico en salto largo en Sídney-2000 y cuatro veces campeón mundial de forma consecutiva entre 1995 y 2001, respondió y poco después le ofreció ir a España para entrenar con él. La progresión en unos meses ha sido espectacular.

Pero por si no era suficiente, la sorpresa positiva del triple salto masculino para la región, el colombiano Jhon Murillo, también se prepara a las órdenes de un cubano.

Murillo no consiguió medalla ya que quedó en quinto lugar, después de ir cuarto durante gran parte de la final.

Después de su participación dio las gracias a su preparador, Loisán Acosta, técnico cubano que entrena en Colombia.

"Yo llevo tres años y medio con él. Estoy muy contento con su trabajo. Es muy curioso que los entrenadores parezcan ser todos cubanos, el de Caterine también lo es, y el de la chica venezolana (Yulimar Rojas)", afirmó.

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