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Poesía

Sunny Isles

'Teatro mínimo y salida al balcón. Mareado por la brisa del aire/ acondicionado, aspiré el aire puro. Toda esta inocencia sería/ calcinada dentro de poco. Todo juego cobarde, expuesto. Abríamos/ heridas en los otros con los puños, metíamos la mano en el hueco'

Hollywood
Sunny Isles.
Sunny Isles. Stately.com

 

Jugábamos pesado en la cama. Las almohadas sucias, el edredón

manchado. La esperma de una vela ardía delante del

retrato de un hijo. Un auto largo y ancho, de otra época.

Una playa. El rumor de las olas entraba por la puerta y

los diálogos de una película de relajo que no mirábamos

pero que tampoco dejábamos de mirar. Un plato de habas

blancas de alguna despensa humeaba. Muslos de pollo

y los muslos de un negro contador afeitados, debajo de una bata

color menta. Había ajo en su aliento. Flores de cera en un búcaro

de vidrio. Exigías de estos hombres, y de otros recostados a

la lavadora de platos, fidelidad total. Vasos abandonados

sobre el tocadiscos, encima del vano. El oscuro placer de quienes

ocultan su fracaso en una coterie demasiado burlesca para

ser tomada en serio. Estos hombres de barrio que tú llamabas girlfriends.

Teatro mínimo y salida al balcón. Mareado por la brisa del aire

acondicionado, aspiré el aire puro. Toda esta inocencia sería

calcinada dentro de poco. Todo juego cobarde, expuesto. Abríamos

heridas en los otros con los puños, metíamos la mano en el hueco

buscando el fin del arte, la fruición suprema de una época sin estilo.

Cada cual llevaba escrita su condena en la gomina seca, en la raya

torcida de un pantalón. No hay signos habituales. No hay cuadros de

Bronzino que expresen la difteria, ni Verrocchios a la entrada de la nueva

pestilencia. La plaga es más sutil que cualquier mármol. El Vaticano

conmemora una variante antigua de nosotros. Pero se nos olvida.

Arrojé el cigarro a la calle desde el trigésimo piso. Cuando cayó

al asfalto, las yescas se arrastraron delante de los autos como

pidiendo perdón...

 


Néstor Díaz de Villegas nació en Cumanayagua, en 1956. Sus últimos libros de poemas publicados son Che en Miami (Aduana Vieja, Valencia, 2012), Palavras à tribo/Palabras a la tribu (Lumme Editor, Sao Paulo, 2014). Ha reunido su poesía en Buscar la lengua. Poesía reunida 1975-2015 (Bokeh, Leiden, 2015). Vintage Español publicará próximamente su libro De donde son los gusanos. Crónica de un regreso a Cuba después de 37 años de exilio. Este poema pertenece al libro en preparación Red Rum.

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