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Narrativa

Escaramuzas

'era algo bastante distinto cuando le disparas en un ojo, mientras los dos ojos bizquean hasta quebrarse viendo el ojo oscuro del arma, de donde sale ese reverso enceguecedor de visión'

La Habana

 

Les disparaban en un ojo, al azar, pero a algunos les gustaba más disparar en la boca abierta, o incluso cerrada, según la circunstancia, porque siempre había que dejar una impresión profunda, más allá de aniquilar, que en definitiva cualquiera podía exterminar a otros, y sin embargo era algo bastante distinto cuando le disparas en un ojo, mientras los dos ojos bizquean hasta quebrarse viendo el ojo oscuro del arma, de donde sale ese reverso enceguecedor de visión, un fuego de plomo que rompe a uno solo del par elegido al acaso, y el cíclope da un grito, un alarido largo como el de Polifemo, aquel gran hablador, ya no me dirás nada, ya sabes el color de la noche de la sangre, mírame cómo te ciego los dos cegándote uno solo, mira el instante mejor dibujado de tu vida, a cada uno se le quería decir más o menos eso mientras les disparaban al azar en un ojo, o en la boca todavía entreabierta, Polifemo, cállate ya; calla ya esa boca, Blasfemo, ese estertor de ruidos, y óyeme bien, hijo bastardo de la Acera Oeste.

 


Ernesto Santana nació en Puerto Padre, en 1958. Ha publicado varios libros de cuentos y las novelas Ave y nada (Premio Alejo Carpentier, Letras Cubanas, La Habana, 2002) y  El carnaval y los muertos (Premio Franz Kafka, Agite/Fra, Praga, 2010).

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