Para Molly Olsen
Con su peso de tripa cae la malla.
Una bolsa calada, una media muy fina
que cae de sus bordes, sus paredes,
al estrago y al nudo de su ombligo.
Encorsetada y frágil
la malla está encerrada en otra bolsa,
su desvelo de plata, sus comisuras anchas
en un buche más hondo, más avaro,
y las dos, malla y bolsa,
en la cuenca de un sótano.
Todo es colonia ahora
y esa malla no caza.
¿O es que cazó algún día?
La empuñadura vana luce idónea.
Una flauta labrada por la lengua de un oso.
Un bambú carcomido
que de pronto hace juego con las falsas paredes:
acartonados cuadros de herramientas,
paneles de algún orden
donde la malla asoma ya algo tiesa,
como polvillo y nervios,
como un ala ella misma.
Todo es colonia ahora y esa malla no caza.
¿O es que cazó algún día?
¿Es que no gastó asombros
ni tomó con melindres la soledad aquella,
posada como estuvo
en su boca de bosque?
Alessandra Molina nació en La Habana en 1968. Sus últimos libro de poemas publicados son Otras maneras de lo sin hueso (Leykam Verlag, Graz, 2008) y Algodón del sueño, cuchillo de los zapatos (Rialta Ediciones, Querétaro, México, 2017). Este poema pertenece al segundo de estos libros.