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Poesía

Ensayo sesilu

'Deja afuera tu nombre: cada viajero es todos los que no re/ gresaron, cada final repite la invitación al génesis de aque/ llos que se ahogaron desde la orilla oculta que se eleva ha/ cia el cielo...'

Zaragoza

 

Uno

Vamos a atravesar ahora el inmenso desierto del océano.
A ambos lados verás láminas, piedras. Después oirás al t
igre blanco en la médula del saúco. (No me preguntes qu
é simboliza el tigre en la nave que ahora abandona el mue
lle vacío.) Solo deja caer tus ojos en la bodega de la emba
rcación, solo habla en silencio o escribe unas palabras que
nada signifiquen al construir, de lo invisible, el viaje. Beb
e vino en mis manos o ponte mis zapatos y duerme cual di
amante, hacia dentro, a mis pies. En el inicio reina la perfe
cción del círculo. Si navegas ahora puedes cerrar la puerta.
Deja afuera tu nombre: cada viajero es todos los que no re
gresaron, cada final repite la invitación al génesis de aque
llos que se ahogaron desde la orilla oculta que se eleva ha
cia el cielo. Lleva pluma en tus labios (_______) mas no o
lvides el huevo ni el avión que se esconde bajo el ala del p
ájaro: la fórmula secreta del cero entre los números.


 

Dos

Ahora leerás en el agua la palabra misterio. Como la músic
a que une su cuerpo a la materia con los hilos del viento, as
í el oído también habla en su instrumento de letras. Hablem
os tú y yo de la muerte inicial en el poema, pero que la dista
ncia hacia un punto en el camino no divida las partes de la p
lenitud en el discurso de sequía (silencio). Debes analizar qu
e no eres el vertical pasado de tu memoria, sino un vano pro
nombre de rectas que se encuentran, mitades de un reloj que
en realidad son curvas, el semen del pecado, valoración mor
al de la naturaleza (___). Disemina, sin más, en el polvo de l
as olas tu nombre, borra todas las huellas de tu irreal biograf
ía. Desaparece o vuela, deposita en el aire tu castillo de barr
o, tu cuerpo de animal sin sentidos reales. El universo es la ó
pera que proyecta tu mente. No aplaudas, permanece sin pala
bra, a la orden de lejanas estrellas que brillan como flores en
un planeta muerto.


 

Tres

Descenderás la escalera hacia arriba, despacio. Nadarás en u
n sueño hacia dentro de ti. Girarás en la esfera de huesos cua
l ventanas que atornillan los músculos con cintas de cartílago
s. En realidad tú eres un sello imaginario que duplica su orige
n (el esqueleto de un cementerio de genes) armadura de célula
s, de órganos que cuelgan, de vísceras, pellejo sobre un molde
de calcio y sangre que se mueve debajo de unos lentes con cri
stales de aumento en un laboratorio. Verás los escalones estira
rse a lo lejos, el salón de tus venas crecerá como un valle, pero
con hierba azul, aunque parezcan cables bajo la luz del sol. En
tenderás entonces que eres varias personas, yoes que te acomp
añan hacia la eternidad, guardianes y traidores que siempre van
contigo(_____). Ascenderás después la escalera hacia abajo. L
a vejez será un título que adornará el cerebro, la plata de los d
ías reinará en tus neuronas y mirarás despacio con la boca las h
oras. Dormirás con el cuño de la muerte en tus ojos sin ser un v
erdadero cadáver de ocasión, un coágulo de hombre, un dios qu
e perdió el cielo, una simple colilla de semen sobre el pubis que
adorna el diccionario invisible, espacial, del sustantivo tiempo.

 


Dolan Mor nació en Pinar del Río, en 1968. Es autor de la tetralogía Maladie bleue, una colección de libros híbridos y experimentales que se inspira en la obra esencial de Lewis Carroll y en la Fuente Q de los Evangelios. Los títulos que componen Maladie bleuePoemas míos escritos por otros (volúmenes I y II), Después de Spicer (volumen III), Dolan y yo (volumen IV)— han sido publicados por la editorial española Aduana Vieja.

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