A ambos lados de la pared
de esta habitación
existe otra pared que se multiplica
de manera infinita, crece
hacia dentro y hacia fuera,
crece hacia arriba y hacia abajo.
Después se derrumba,
se vuelve a levantar,
pero desaparece, invisible
a los ojos. Antes o después
de la pared en bloques,
en ladrillos de aire que rozan
nuestros dedos, frente a la salida,
de espaldas a la entrada, con ella dentro
de nosotros o con ella fuera,
caminamos y nos detenemos,
a un mismo tiempo, a ambos
lados de nuestros anhelos.
Es una pared también rodeada
por el cielo del abismo
o por el infinito del número cero.
A ambos lados de nuestros límites
humanos la vemos, de forma
circular o en rectángulos (curvas)
en inclinada recta mortal o en laberintos
de líneas escritas, aparece
todo repetido en su nombre, lo visible
y lo no visto por el sentido
de la imperfección, la muerte
detrás de cada símbolo, detrás
de cada piedra que se eleva y que cae
hacia la altura de nuestros zapatos (…)
Ingenieros en muro y en paredes,
eso somos los hombres en la casa
de Dios: doctores con fronteras
de la separación y la distancia.
Así termina la arquitectura ingenua
y la gramática universal en nada
de este obrero licenciado en fracasos
que construye y destruye la materia
al vacío, día tras día, noche tras noche,
sobre las ruinas de su propia Historia.
Dolan Mor nació en Pinar del Río, en 1968. Es autor de la tetralogía Maladie bleue, una colección de libros híbridos y experimentales que se inspira en la obra esencial de Lewis Carroll y en la Fuente Q de los Evangelios. Los títulos que componen Maladie bleue —Poemas míos escritos por otros (volúmenes I y II), Después de Spicer (volumen III), Dolan y yo (volumen IV)— han sido publicados por la editorial española Aduana Vieja.