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Artes Plásticas

Los extraños caminos de la 'Paranoia'

Procesual Art Studio, en El Vedado, presenta su nueva propuesta con artistas como Bedia, Fors, Peña y René Rodríguez.

La Habana

A pesar de los enrarecidos aires que se respiran tras los retos dialécticos entre artistas e instituciones, propuestas autónomas como Procesual Art Studio, fundada en 2017 por Yeny Casanueva y Alejandro González, demuestran que el arte continúa abriéndose paso.

Paranoia, exposición colectiva inaugurada el pasado 29 de diciembre,es la tercera propuesta que los gestores de Procesual Art Studio realizan en la capital cubana. A su nuevo espacio, situado en la calle 17 del Vedado, llego a solicitud del artista René Rodríguez. Casanueva y González pretenden crear un marco donde la mediación entre artistas, obras, galeristas, espectadores y el emergente mercado del país, encuentren nuevas sinergias. 

Los artífices del proyecto Procesual Art no tardaron en aplicar las prácticas aprendidas en Europa tras sus tanteos ibéricos. Ahora se insertan en los circuitos dibujados por nuevos espacios expositivos, en un escenario dominado durante décadas por las instituciones. Ahora, los necesarios recintos alternativos oxigenan y pluralizan el panorama de las artes visuales cubanas.

Con Paranoia, Procesual Art Studio fragmenta la realidad y desentierra los extraños caminos de un trastorno delirante, cuyas características clínicas no solo afectan a las personas. Cuando se extiende al sistema, la sintomatología manifiesta es colectiva: “Entre los rasgos más característicos que identifican a quienes sufren de paranoia encontramos la baja autoestima, frialdad emocional, incapacidad para la autocrítica, hostilidad con el entorno, autoritarismo, episodios depresivos, resentimiento, egocentrismo e importante grado de desconfianza“, nos recuerdan Julián Pérez Porto y María Merino en su libro Definición de paranoia (2009).

En la propuesta curatorial de Claudia Hidalgo Montero, se intenta desterrar el aislamiento social que el trastorno psíquico provoca. "Cada una de las piezas exhibidas en Paranoia propone una lectura crítica e interpretativa que surge en la obra de arte cuando esta funciona como medio para ejercer una crítica social", comenta Hidalgo Montero.

A pesar de ser una galería joven, en la sede del Vedado se encuentran obras y artistas como José Bedia, José Manuel Fors, René Peña, Aimeé García, René Rodríguez y Juan Carlos Alón, entre otros.

En la escultura Joie de vivre II (Alegría de vivir) de René Rodríguez, el creador se apropia de una receta culinaria mediterránea, la gustosa brocheta. El pincho lleva como ingrediente principal un "apetitoso" cóctel de medicamentos, con el cual podemos evadirnos, aliviar nuestro dolor o simplemente anestesiarnos. Flotando en el limbo de las drogas legales podemos "enfrentar alegremente" las circunstancias difíciles de la vida y así, mientras los fármacos nos hacen dependientes de la química, corremos el riesgo de ser manipulados.

La fotografía Wrong Clown, de René Peña, recurre a un elemento simbólico en particular, la nariz de payaso, para cargar la imagen de contenido. El autorretrato intimista se convierte en un juego de participación. Ante la mirada incomoda y desafiante de Peña, en algunos espectadores pareciera surgir la duda de quién se burla de quién, si el artista o el auditorio.

De José Bedia se exhibe la tela Tiempo de guerra. En su línea de trabajo Bedia nos presenta el espíritu de un guerrero, machete y garabato en mano, preparado para lo que pueda acontecer. Del pasado viaja con rapidez hacia el futuro. En su andar encuentra las armas que la tierra y las aguas le proveen. El luchador sabe que no está solo, la energía de los protectores de la naturaleza le cubre, camina a su lado, empuña con él las herramientas que le permiten abrir los caminos.

En una pared cercana a la entrada de la galería, José Manuel Fors emplaza su instalación Las prensas. Una versión mayor de la instalación fue exhibida con anterioridad en la exposición personal Palimpsestoque el Premio Nacional de Artes Plásticas 2016 realizó en el Museo Nacional de Bellas Artes el pasado año. Fors utiliza infinidad de diminutas prensas que atenazan fragmentos de lomos de libros. Solo el creador sabe el origen de los textos. En las prensas lo espontáneo pasa a un segundo plano. Se convierte entonces el artista en un manipulador consciente de contenidos. En su particular parcela de prensas siembra misterio, curiosidad y hermetismo, algunas de las más poderosas pasiones de la psiquis colectiva.

Si aún tiene dudas, la paranoia no es contagiosa. Así lo refieren los integrantes de Procesual Art Studio en la exposición que hoy proponemos.

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