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Literatura

Marcela Iacub sobre el Che: 'Un asesino puede deslumbrarnos con su esplendor moral'

En su libro 'Le Che á mort', la académica franco-argentina sostiene que Ernesto Guevara se convirtió en una figura 'crística'.

Buenos Aires

Para la académica franco-argentina Marcela Iacub "hay dos leyendas que conciernen al Che: la leyenda castrista y la leyenda crística en la que se apoya sobre todo el filme hollywoodense Che de Steven Soderbergh".

Así lo argumenta en su último libro Le Che á mort (El Che a muerte), una irreverente relectura biográfica del líder revolucionario que, según publica la Revista Ñ de Clarín, levantó la ira dentro de la izquierda francesa.

En su perfil personal y psicológico sobre el cubano-argentino ella postula que Ernesto Guevara se convirtió en una figura "crística" a partir de la foto de su cadáver.

"Quizás el mito no habría existido sin esta foto tomada horas después de su ejecución y para la cual se preparó su cuerpo cortándole el pelo, cambiándole la ropa e inyectándole formol en el rostro. Gracias a la luz de los flashes, los ojos del Che estaban llenos de luz", explica.

La autora considera que si las imágenes que llegan a salir a la luz hubieran sido otras tomadas justo después de su ejecución y "que fueron ocultadas durante 20 años"—horribles las califica—, nunca hubiera tenido lugar "tal adoración".

"La leyenda del Che se basa en esta contradicción aparentemente insuperable: un asesino puede deslumbrarnos con su esplendor moral", dice Iacub, quien considera que sobre esta figura "no hay estudios históricos sobre él, solamente mitológicos".

"Incluso los autores que no son comunistas no quieren ver cómo fue. O sea que no es una figura histórica", apunta.

El último capítulo del libro, "Milagro en Valle Grande" intenta desvelar la transformación de un "hombre cargado de contradicciones y de crímenes, en un paradigma moral".

Esa imagen sumada a la más icónica tomada por Alberto Korda en 1960 "se hicieron famosas en todo el mundo unos días después del asesinato gracias a un editor italiano que las reprodujo en millones de carteles", recuerda en el libro editado por Robert Laffont.

Para Iacub, el Che "inventó su personaje desde su juventud leyendo novelas de aventuras" y "tenía un ideal para sí mismo muy elevado".

En declaraciones a Ñ, la autora del libro señala una "conexión entre el discurso del Che y el de los terroristas que postulan la idea de dar la vida como un acto de propaganda".

"(…) Empecé a leer y a revisar toda la iconografía que es increíble y muy poética. Todo cuanto leía sobre él me parecía monstruoso. Sin embargo, el resultado no es un libro que lo condena sino uno que lo comprende. Es tan triste su vida y a la vez tan universal: todos tenemos algo del Che, miramos hacia un ideal, tenemos el deseo de castigarnos", manifiesta.

Aunque se detiene en los crímenes que cometió el Che cuando mató a 14 personas sospechosas de traición en la Sierra Maestra, a otras 23 en Santa Clara o en la Cabaña cuando condujo la ejecución de 164 personas con conexión real o no con la dictadora de Fulgencio Batista, la escritora "no lo trata como a un criminal".

"La historia es mucho más compleja", dice y recuerda que sectores de izquierda "se pusieron locos de rabia con el libro", sin embargo "tuvo aceptación porque se trata de un mito que no tiene sentido sostener".

"Él se imaginó como personaje literario, como un Sandokán, y la ficción ocupó un lugar central. Por eso, es tan dramático su final, cuando delante de los soldados que lo van a terminar matando, les ruega: 'No disparen'. En ese momento, descubre que no quiere morir, pero ya es tarde. Es terrible ese momento, el peor de los fracasos y, a la vez, la más grande belleza de su existencia", apunta.

Jurista, ensayista, columnista del diario Libération, y directora de investigación en la mayor agencia científica de Francia, Marcela Iacub ha escrito sobre violencias sexuales, maternidades, vegetarianismo, alquiler de vientres, sobre el exdirector de FMI Dominique Strauss-Kahn, entre otros temas.

Iacub generó fuertes críticas por parte de las feministas tradicionales francesas a quienes considera demasiado moralizadoras, maternales, caducas y pasadas de moda. No apoya las leyes sobre la paridad y el acoso sexual, ni la glorificación de la natalidad o la maternidad.

En el libro Qu'avez-vous fait de la libération sexuelle? (2007) sostiene la idea de que la revolución sexual de la década de 1970 fue un fracaso en la medida en que renunció a sus ambiciones emancipadoras. 

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