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Teatro

'Patriotismo 36-77' toma por asalto las ruinas de las Escuelas de Arte de Cubanacán

La obra de Lynn Cruz y Teatro Kairós se estrena en medio del sigilo al que obliga el régimen.

La Habana

La actriz Lynn Cruz estrenó en La Habana Patriotismo 36-77, una obra de su proyecto escénico Teatro Kairós materializada gracias a una campaña de crowdfunding lanzada el pasado mes de julio y que identificó en aquel momento como "la única manera de poder recibir ayuda para producir el espectáculo y crear libremente".

"Como el advenimiento de lo que imagino significa dar a luz un hijo muy deseado, es el sentimiento que me embarga después de haber estrenado Patriotismo 36-77", escribió Cruz desde su perfil en Havana Times.

"Más de medio año transcurrió para que finalmente tuviera su alumbramiento. La idea nació a partir de sufrir por primera vez un episodio represivo por parte de las fuerzas policiales y la Seguridad del Estado, en abril de 2017, cuando tratábamos de presentar el documental Nadie, de Miguel Coyula, en la casa galería El Círculo", recordó la actriz.

Para la realizadora, ese hecho marcó su vida, la hizo "más responsable de la realidad" del país "y surgió la necesidad de dialogar a través del teatro, sobre la violencia psicológica y física por parte del Estado hacia todo el que lo critica de manera abierta".

Los personajes no son fortuitos: un pintor crítico (Luis Trápaga), una estudiante de humanidades hija de un disidente (Juliana Rabelo) y una activista de derechos humanos hija de un miembro del Partido Comunista de Cuba (la propia Lynn Cruz).

Cruz precisó que fue construyendo el texto a partir de las vivencias de los actores.

"Sus fascinantes personalidades e inteligencia hicieron crecer la dramaturgia durante cada día de ensayo. Hay una escena dedicada a un selecto grupo de escritores cubanos del exilio e 'inxilio', que tiene su origen en esas conversaciones creativas que sostuve con ellos", añadió.

Sobre la campaña de recaudación de fondos lanzada agradeció a "muchos amigos y personas que se identificaron con el proyecto".

"Logramos colectar un presupuesto que nos permitió salarios dignos para los actores, así como terminar la producción de la obra en su compleja estructura" y recordó que "la ingeniería genética del Gobierno de la Isla es descapitalizar, de modo que la supervivencia en Cuba siga siendo precaria".

"Con Patriotismo 36-77 se solidifica aún más la filosofía de Teatro Kairós. No será un teatro digestivo, y cada obra tiene que nacer de manera espontánea. Si en Los Enemigos del Pueblo tomamos como espacio las salas de las casas, esta vez y como protesta al Decreto Ley 349, salimos en busca del espacio público", señaló.

De ahí que la obra "tomó por asalto las ruinas de las Escuelas de Arte" de Cubanacán en La Habana.

"La ciudad está llena de ruinas, ¿por qué no llenar los escombros de arte? ¿Por qué no devolverle la vida de antes que tuvieron esos lugares?", se preguntó.

"No es tarea fácil hacer una obra de teatro con ambiciones formales en un lugar desconocido.  Irrumpir la quietud de las ruinas del proyecto inacabado de las Escuelas de Arte.  Las condiciones con las que contábamos nos obligaron a ser estrategas", comentó.

De hecho, Cruz informó en su anuncio del estreno de la obra en Facebook que "uno de los dos choferes encargados de transportar a la audiencia desapareció".

Puntualizó que "se hizo todo con la mayor discreción, pero algo falló".

"Siempre algo falla cuando el arte reclama sus espacios y los políticos solo quieren compartirlo con los que no constituyen una amenaza contra las mordazas que nos impone el Gobierno cubano", escribió.

Teatro Kairós dedicó su obra a "todos los que han muerto en nombre de la libertad, ya sea por desesperación, romanticismo o irresponsabilidad".

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