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Literatura

La Peña del Júcaro Martiano, un 'espacio de resistencia', homenajea a Rafael Alcides

'Era hombre muy sincero', un 'martiano de acción', dice el escritor cubano Mario Ramírez.

Camagüey

Rafael Alcides "era hombre muy sincero y esa honestidad lo lleva a elegir el conversacionalismo como consecuencia de un momento generacional", dijo este sábado en Camagüey el joven escritor Mario Ramírez sobre el poeta recientemente fallecido.

Intelectuales cubanos participantes de la Peña del Júcaro Martiano recordaron el legado de Alcides y le rindieron homenaje.

"Es una excepcionalidad dentro de la corriente coloquialista, porque no usa el coloquialismo como recurso totalizador; se sale de la corriente y explora ritmos como el versicular, que proviene probablemente de su espiritualidad cristiana", subrayó Ramírez.

Del poemario Agradecido como un perro y otros, Rafael Almanza, Mario Ramírez y Justo Antonio Triana compartieron en lectura de sus versos preferidos.

"Alcides era un martiano de acción. Nadie como Alcides puede encarnar aquello de 'Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma'. Además, aceptó su 'condena' conjuntamente con su poesía, tal como lo hiciera el Apóstol", consideró Ramírez.

Alcides, Premio Nacional de Literatura Independiente Gastón Baquero 2015, fue fundador de la oficialista Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, condición a la que renunció públicamente cuando el Estado prohibió la entrada de libros suyos editados en el exterior.

Años antes había decidido no publicar más en Cuba, y durante su carrera literaria manifestó su desacuerdo con el modelo político imperante en el país.

La Peña del Júcaro Martiano, descrita por algunos como la actividad cultural independiente en activo más longeva de Cuba, se celebra dos veces al año en la casa del escritor Rafael Almanza.

"La contracultura democrática en Cuba está creciendo", opinó Almanza durante el encuentro, al que asistió un público mayormente joven, de casi una treintena de personas.

En 1995, el ecologista Eudel Cepero sembró tres júcaros simbólicos en la ciudad de Camagüey. A partir del año siguiente y hasta 1999, él, Almanza y un grupo de intelectuales contestatarios sereunieron en la casa diocesana de la citadina iglesia La Merced, en encuentros que tenían a José Martí, su obra e ideariocomo centro.

"Pasábamos del encuentroinformal al formal —rememoró Almanza—. La Iglesia no toleró tanta libertad y a partir del 2000 nos reunimos en mi casa una vez al año, aunque cumpliendo 20 años ahora son dos: en verano y en diciembre".

Para Francis Sánchez, poeta avileño y director de la revista literaria independiente Árbol Invertido, la peña es un "espacio de resistencia y de fundación, en medio de la dispersión y el éxodo absoluto que sufre hoy la sociedad cubana".

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