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Artes Plásticas

'La gran espiral' a 50 años del Salón de Mayo en La Habana

El Museo Nacional de Bellas Artes exhibe nuevamente al público el mural 'Cuba colectiva'. Una reseña.

La Habana

El edificio de arte cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) exhibe nuevamente al público el mural Cuba colectiva, pintura realizada en 1967 por exaltados pintores, estudiantes de arte, escritores, intelectuales y personas ocasionales de orígenes diversos, a modo de happening, en los previos a la inauguración de la célebre XXIII edición del Salón de Mayo parisino en La Habana, acontecimiento cultural de gran trascendencia para la Isla. Con el título La gran espiral, la curadora Delia Ma. López Campistrous y un nutrido grupo de especialistas del Museo conmemoran el 50 aniversario del suceso.

La emblemática pintura, realizada en óleo y técnica mixta sobre lienzo, cubre una superficie aproximada de 54 m2. Se comenzó a pintar en la noche del 17 de julio sobre una armazón de madera emplazada a la entrada del Pabellón Cuba, junto a La Rampa. Allí, sorprendidos viandantes podían encontrar artistas foráneos y cubanos trabajando a todo tren, entre rones, sudores y pasiones desatadas. Será Wifredo Lam quien bautice la obra resultante, trascendiendo la misma con el título de Cuba colectiva.

Según se cuenta, hubo al inicio cierto desconcierto entre los artistas. La enorme tela resultaba imponente y no había una idea clara de por dónde empezar, o más bien de cómo organizar los espacios para que todos los creadores pudieran dejar su huella. La solución al escollo momentáneo provino de la mano del pintor español Eduardo Arroyo, quien propuso la idea de delinear una espiral. De esta forma se descartaba cualquier atisbo de trato preferencial.

"El problema era que nadie sabía cómo dibujarla, y fue entonces cuando Sosa Gorrita —uno de los estudiantes que estaba allí para asistir a los artistas— encontró una solución muy simple: colocar un clavito en el centro de la tela y con un cordel ir dando las vueltas que correspondían. Así se hizo", recoge Llilian Llanes Godoy en su libro Salón de Mayo de París en La Habana, julio de 1967.

Más tarde se fragmentó la espiral en 100 partes y se echó a suerte numérica la porción otorgada a cada artista. Solo dos secciones serían otorgadas por acuerdo unánime de los participantes, la sección central y número 1 del mural se destina a Wifredo Lam, y la número 26 se reserva a Fidel Castro. La fiesta de las artes plásticas ocurrió en la segunda quincena de julio, la numeración del fragmento destinado al líder de la Revolución no era casual, llevaba la carga simbólica e histórica del número. A pesar de la invitación extendida por los artistas, el dirigente no hizo acto de presencia, quedando el espacio en blanco.

Entre la nómina de artistas cubanos participantes en la realización del mural destacaron Loló Soldevilla, René de la Nuez, Jesús de Armas, René Portocarrero, Salvador Corratgé, José Masiques, Santiago Armada (Chago), Mariano Rodríguez, Amelia Peláez, Antonia Eiríz, Fayad Jamís, Raúl Martínez, Carmelo González y Agustín Cárdenas. Entre los extranjeros invitados sobresalieron Jorge Camacho, Eduardo Arroyo,Jean Messagier, Leonardo Delfino, Piotr Kowalski e Irene Domínguez, entre otros.

Para la muestra La gran espiral, el Museo Nacional de Bellas Artes, institución encargada de atesorar y resguardar el mural, exhibe audiovisuales, documentación, fotografías, el cartel diseñado por Lam y otras obras producidas para el Salón o en la Isla, donadas por los artistas para integrar la colección del futuro Museo de Arte Moderno, proyecto impulsado por el desaparecido Concejo Nacional de Cultura (CNC), que como otros tantos jamás vio la luz. Las obras pasaron entonces a los fondos de Bellas Artes y otras instituciones de cuyas bóvedas se desempolvaron para la exhibición. De Wifredo Lam (Las Villas, 1902 − París, Francia, 1982) se exhibe El tercer mundo, obra de gran formato, pintada sobre tela, que destaca por sus veladuras al óleo, precisas líneas en carbón natural, enigmática belleza y particular figuración.

De Antonia Eiríz (La Habana, 1929 − Estados Unidos, 1995) se muestra la tela de grandes dimensiones Cristo saliendo del Juanelo, de 1966, elaborada en óleo y quemaduras sobre loneta cocida, con la cual participó la artista en el XXIII Salón de Mayo, en el Museo de Arte Moderno de París en 1967. La pieza, contundente en su figuración y de colores sobrios, sigue impactando por su fuerza y misterio autobiográfico.

Por último, son destacables las obras de Guillaume Corneilles (Bélgica, 1922 − Francia, 2010), de quien se expone una tela de mediano formato trabajada al óleo sobre tela, titulada Preparativos para una fiesta solar. De Mariano Rodríguez (La Habana, 1912 − 1990), Frutas y realidad. Con el rayo por todo, óleo sobre tela de Umberto Peña (La Habana, 1937). Bahía de Cochinos, óleo sobre tela de Guðmundur Guðmundsson Erró (Islandia, 1932), controvertida obra que causó revuelos en el Salón por representar al líder cubano rodeado de cerdos, en clara alusión a los acontecimientos de abril de1961 en Playa Girón. Tras el paso del tiempo la pieza se torna más enigmática, ambigua y esclarecedora. De Raúl Martínez (Ciego de Ávila, 1927 − La Habana, 1995) se muestran cuatro obras, Martí en Rojo, óleo sobre tela, destaca sobre sus hermanas. Al igual que la obra de Antonia Eiríz, fue presentada en el Salón de Mayo, en París. Todos los cuadros mencionados fueron realizados en 1967.

Entonces, más de cien creadores dejaron sus huellas en la enorme tela. El encuentro, sin precedentes en la Isla, significó un espaldarazo de la vanguardia artística europea a la joven Revolución. Los cubanos acudieron en masa al Pabellón Cuba, la cobertura mediática estuvo a la altura del importante acontecimiento. La Isla ardía en aquellos primeros años de revolución. Para muchos el sueño se hacía realidad, y para otros comenzaba la pesadilla.

El mural expuesto en Bellas Artes desde el viernes 13 de octubre y hasta finales de diciembre continúa vibrando, denota la energía de quienes un día, unidos, intentaron cambiar las cosas en una noche de verano.

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