El Centro Cultural Cubano de Nueva York entregará este martes su Medalla Avellaneda a Leonado Padura en el Instituto Cervantes de esa ciudad estadounidense, donde el escritor ofrecerá la conferencia "Vivir y escribir en Cuba en el siglo XXI".
Es la primera vez que la institución entrega esa distinción a un escritor residente en la Isla, lo que unido a la posición controvertida que mantiene Padura sobre la situación en Cuba ha generado críticas.
"Escritor, periodista, crítico y guionista de cine, Padura también es considerado uno de los grandes autores de la novela policiaca y sin duda relevante en el revivir de este género en la lengua española", dice el centro en su sitio en internet.
Recuerda que Padura ha recibido en la Isla en Premio Nacional de Literatura y también ostenta el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, así como el Hammett y el Café Gijón.
"Desde que comenzó el llamado deshielo entre Estados Unidos y Cuba (…) cierto sector de la diáspora académica y cultural asumió los nuevos aires como si se tratara del fin de la dictadura castrista y la expansión de las libertades en Cuba", dijo el escritor y periodista cubano Luis de la Paz en un artículo publicado en el diario El Nuevo Herald.
"Quizás el primer paso notable lo dio en mayo de este año la Fundación Cintas, cuando anunció que su programa de becas abarcaría a cubanos 'ya bien vivan en Cuba o fuera de Cuba'", añadió.
En cuanto a Padura, afirmó que "ha mantenido un habilidoso comportamiento donde parece criticar al régimen cubano, pero a la vez defiende su estructura de Gobierno".
Según De la Paz, la junta directiva del Centro Cultural Cubano de Nueva York defendió en una escueta nota la decisión de entregarle la medalla a Padura: "Su obra literaria refleja las miserias y contradicciones de la vida en Cuba y, en particular su novela sobre el asesinato de Trotski (El hombre que amaba a los perros), delata la fallida utopía socialista y revela los extremismos fatídicos del totalitarismo estalinista y del comunismo internacional".
Los reglamentos fundacionales del Centro Cultural Cubano de Nueva York, recuerda De la Paz, establecen que es "una institución no partidista, fundada por exiliados cubanos para preservar, desarrollar y difundir nuestro rico patrimonio cultural cubano y cubanoamericano dentro de un marco democrático de libertad y autonomía, ajeno a las ideologías totalitarias". Sin embargo, Leonardo Padura "representa a ese régimen totalitario", opina el escritor.
A juicio de Armando Añel, coordinador del Festival Vista en Miami, "el hecho de que algunos exiliados llegados a Estados Unidos en los tempranos años 1960 confundan a Padura con una especie de opositor o disidente, demuestra cómo han evolucionado las políticas de enmascaramiento sociocultural del castrismo con los años. Directa o indirectamente, figuras como Padura son útiles al régimen vigente en Cuba. Y no solo porque difunden una percepción relativista de lo que ocurre allí, sino porque promueven aquellas aproximaciones oportunistas según las cuales, si se sabe jugar bien con la cadena, no hay necesidad de molestar al mono".
"Padura ha declarado que se quedó a vivir en Cuba para poder escribir: 'Sé que el mundo está lleno de escritores cubanos que se fueron y dejaron de escribir. El exilio no es fácil'", recuerda De la Paz.
Cita al escritor José Abreu Felippe para destacar que parte de la mejor literatura cubana se ha escrito en el exilio. "Conozco a quienes se quedaron a escribir en Cuba y sus obras fueron incautadas, como le pasó a Reinaldo Arenas, Carlos Victoria y Eddy Campa, escritores que tuvieron que tomar el camino del exilio". Muchos otros fueron "censurados, como Heberto Padilla, y obligado a retractarse públicamente de su poesía. A otros sus libros les fueron recogidos y hechos pulpa", ha dicho Abreu.